Alex Lora y El TRI celebraron medio siglo de trayectoria con un concierto de seis horas, donde el músico hizo un recorrido por su extensa discografía y todavía se dio el lujo de recibir tres reconocimientos, lo cuales agradeció con un sencillo “¡Qué viva el rock and roll!”.
La velada en el Palacio de los Deportes conmemoró el paso sobre los escenarios de Lora con sendos galardones de parte de la Sociedad de Autores y Compositores de México, del grupo de Músicos de la República mexicana, así como de la propia Sonora Santanera, de Gildardo Zárate.
En la velada, el líder de la agrupación se mostró dueño de la situación, con un show que comenzó rockerísimo, interpretando sus temas clásicos, para luego dar un remanso a sus eufóricos seguidores, quienes durante las primeras dos horas se entregaron a su gran héroe.
Con la ayuda de sus amigos, Lora entonó temas como “Niño Sin amor”, “Virgen María”, “Las Piedras rodantes” y muchos otros, aunque esta noche, el festejo fue diferente, como él mismo lo mencionó, tras dar las buenas noches a sus más de 18 mil invitados.
Luego de abrir el set list con “Avándaro”, Alex hizo que todo su público cantara el himno nacional mexicano, para después recibirlos con un “¡Viva México, cabrones!”, mientras tres enormes banderas tricolor ondeaban en las pantallas.
El concierto comenzó a crecer con la presencia de invitados como el boliviano Rolando, quien cantó con la banda “Metro Balderas”.
Posteriormente tocó el turno al español Cirilo, pero fue con la presentación de Armando Manzanero cuando el recinto volvió a explotar, cuando el Maestro entonó “Triste canción de amor” al piano. Una versión que eclipsó el ritmo eufórico que llevaba el concierto.
Y así fueron pasando los invitados de Lora, Luciano Napolitano, seguido de Panteón Rococó y su ritmo de ska, hasta que apareció Javier Bátiz, quien a pesar de tener algunos problemas con el audio, entró muy bien en pleno “Oye Cantinero”.
“¿Ya se cansaron?”, preguntó Alex Lora y la respuesta después de tres horas fue inmediata: “Nooo”. Para seguir con la presencia de Toño Lira y Andrés Calamaro.
“Quiero ver esas pinches palmas”, volvió a demandar. Y el púbico lo obedeció con prontitud. Los clásicos como “Santa Marta”, seguían llegando, hasta que después de cuatro horas, hubo un pequeño receso, donde un grupo de malabaristas entretuvieron a la multitud, para luego regresar con fuerza con la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca, que le dio un toque clásico a temas como “Virgen María” y “Difícil”. La Sonora Santanera, de Gildardo Zárate también tuvo su tiempo, con canciones como “El Rey”, de José Alfredo Jiménez, y “La Boa”, interpretados por Lora.
La Tremenda Korte cerró el grupo de invitados a la velada, para continuar con la banda, y levantar de nuevo al público tras cinco horas, con temas como “Triste Canción de Amor”, ahora con todo el peso de su versión rock y “La piedras rodantes”, para despedir a los asistentes con un nuevo “¡Qué Viva el rock and roll!”, y ahora sí, decir adiós a Ciudad de México.
CLAVES-Como Three Souls in My Mind participó en el Festival de Rock de Avándaro.-El grupo ha vendido más de 30 millones de discos en su carrera.
-En 2009 Lora aseguró que ese año sería su último concierto, sin embargo, casi una década después siguen ofreciendo lo mejor de su repertorio.
DIGL