Este 17 de abril se estrenará la obra de teatro Nada extraordinario, protagonizada por el actor Jorge Viñas y que tendrá funciones de jueves a domingo en el teatro Benito Juárez.
Se trata de un montaje musical, con un solo actor en escena, que retrata las crisis que muchos sufren al no cumplir sus sueños y las expectativas que surgen a cierta edad, así como las opciones para manejar la frustración que esto genera.
Viñas describe el proyecto como “un unipersonal musical que hice con varios amigos, donde quisimos explorar las expectativas que nos creamos desde niños sobre la vida adulta y sobre nuestra profesión, buscando retratar cómo al final es un poco frustrante toparse con que la realidad es distinta siempre a las ideas que fuimos formando en la mente… Todo, usando el teatro musical como un catalizador”, expresó.
Esta es la tercera temporada de esta puesta, escrita por la dramaturga Jimena Eme Vázquez, ganadora del Premio Vicente Leñero a Dramaturgia Joven en 2015, pero que inició de la mano del propio protagonista.
“El proyecto es una idea mía. Yo la planteé, investigué mucho sobre el síndrome del impostor, sobre el teatro musical y apliqué para una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), que me dieron en el 2022. Luego convoqué a la gente, a la dramaturga, la directora, el compositor, el coreógrafo y la producción”, afirmó Jorge, quien dio más detalles en la charla con MILENIO.
¿Qué tipo de música incluye la obra?
La música está escrita por Juan Manuel Torreblanca, es una música que hace alusión al teatro musical. El primer acto es con pura guitarra y el segundo acto es con una música más instrumental completa.
¿Cómo fue la preparación de tu personaje?
Bueno esto es un poco también auto ficción, un poco referencial a mí mismo, pero también llevarlo un poco a la comedia, que eso siempre va a ser un reto. Para la parte musical tomé clases de canto, de guitarra y de tap que también hay en la obra.
La temática que toca la obra, ¿dirías que está inclinada a una visión pesimista o más bien existencialista?
Pues es difícil catalogarla, creo que podría empezar desde un lado fatalista, pero es más existencial y también intentamos buscarle respuestas. Un alivio, es un apapacho al corazón como manera de decirnos que la vida también no necesita ser tan grande, no necesita ser extraordinaria y abrazar todo lo que somos. Muchos proyectos que tocan estos temas solo ponen el cuestionamiento, pero no dan una resolución.
¿Aquí sí se espera que el espectador se vaya como con una idea diferente?
Sí, totalmente. Sobre todo, porque no queríamos caer en ponernos como las víctimas; al contrario, queremos ofrecer soluciones.
¿Cómo ha sido trabajar con la directora María Penella?
A María la conozco desde que estábamos muy jóvenes como a los 15 años, siempre ha sido una amiga cercana y ahora trabajar juntos ha sido muy bello porque compartimos muchas historias y referentes; es una increíble actriz, creadora, artista y aprendo mucho de ella.

¿Qué pueden esperar los asistentes a la obra?
Se van a encontrar con un homenaje, una carta de amor al teatro musical; se van a encontrar con esta persona que quiere dejar de ver a sus sueños como pesadillas y que debe tomar ciertas decisiones para hacerlo mejor en la vida. Creo que es algo con lo que todos nos podemos identificar, con las expectativas que a veces le ponemos a la gente, a la vida y a los proyectos.
¿Cómo crees que el público más joven reciba este unipersonal?
Creo que los adolescentes son quienes más se pueden identificar con estos temas. Porque justo es para gente que a veces tiene un sueño y se hace preguntas como ¿Qué hago con esto?, ¿Cuál es mi pasión?, ¿Por qué me gusta tanto?
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Una vida más plena.
“La diferencia que tengo con el personaje es que ya no estoy ahí. Hoy en día me siento más en paz con lo que he construido y con los caminos a los que me ha llevado la vida. Además de una mejor relación con el teatro musical”, compartió Jorge.
CST