Los diestros Ernesto Javier Calita y Héctor Gutiérrez, fallaron en la suerte suprema y vieron como el triunfo se desvaneció ante un encierro de Teófilo Gómez en la Plaza Nuevo Progreso, muy justo de presencia, que, sin embargo, se prestó al lucimiento con tres astados de calidad que regresaron intactos al destazadero.
El tercero, Bacachito marcado con el número 573, fue premiado con arrastre lento. Además, no fue la tarde de Talavante, le tocó el peor lote, su primero fue débil y regateaba las embestidas y su segundo, soso y descastado.
Con ambos estuvo empeñoso aprovechando los pocos pases que tenían sin lograr conectar con los cerca de cuatro mil aficionados. Pinchó a los dos y escuchó palmas.
Calita presentó problemas desde el inicio
Ernesto Javier Calita, abrevió con el único toro que se jugó de Villa Carmela, debido a que se partió el pitón derecho tras rematar en un burladero.
Al quinto, lo recibió de hinojos y ya de pie hilvano verónicas que se le jalearon, con la muleta Calita, realizó una faena por ambos lados con la mano muy baja que conectó con el respetable, fue un trasteo lento de más de una docena de series que malogró con la espada hasta escuchar un aviso.
Héctor Gutiérrez, arrancó los olees hondos, a Bacachito, lo recibió con verónicas templadas y en quites fue aplaudido al instrumentar tafalleras, con el paño rojo, se enredó al toro en la cintura toreando con temple y verdad por ambos lados. Cinco viajes con la espada y cuatro con el descabello requirió para finiquitar su labor.
Con el cierraplaza, volvió hacer una faena lente, muy lenta, destacando las series de naturales y las dosantinas con que culminó la faena. Mal de nueva cuenta con el acero, sin embargo, fue despedido con una cálida ovación.
OV