El 21 de agosto, Óscar Pérez cumplirá 26 años de trayectoria en el futbol con un recorrido impresionante. Tiene 46 años, y hasta hace unos meses entrenaba al parejo de sus compañeros en Pachuca. No está cansado, pero era el momento del retiro.
Óscar mantiene la sencillez que lo distinguió a lo largo de estos años. Y cuentan, aquellos que jugaron con él en varias etapas, que el profesionalismo lo mantuvo intacto. Cuando echa un vistazo al pasado, sonríe, por momentos se nota nostálgico, pero en todo momento afirma que siempre se entregó. Por eso, se va tranquilo.
Ha vestido seis playeras en el futbol, tiene dos títulos de Liga, uno con Cruz Azul y otro con Pachuca. Además de una Copa y dos campeón de campeones. Con selección mexicana fue campeón dos veces de la Copa Oro y una más de la Copa Confederaciones, y participó cuatro veces en la Copa América y fue tres veces mundialista. En términos generales, ha tenido más alegrías que tristezas en el futbol.
Su nuevo camino va enfocado al tema “formativo”, le gustaría trabajar con las nuevas generaciones.
¿Con qué momento te quedas de tu trayectoria?
Tengo varios, cuando fui campeón con Cruz Azul, jugué libertadores, Copa América, Mundiales, que es a lo que uno puede aspirar, a lo más grande, donde están los mejores del mundo, pude participar en tres Mundiales. Cuando fui campeón con Pachuca fue algo increíble. Me quedo con todas esas vivencia. he pasado también situaciones tristes, pero me han ayudado a ser mejor, a madurar y hacer mejor las cosas. Solo me hubiera gustado estar unos Juegos Olímpicos, pero no lo logré.
¿Cuál fue el momento más triste?
Como todo en la vida, ha habido cosas tristes, desde una eliminación de Liguillas, desde perder un partido, desde eliminaciones en los Mundiales a veces te vas trazando metas y cuando estás previo a un Mundial dices, yo quiero cambiar esto, hacer esto, ojalá que pueda llegar al quinto partido, que pueda hacer esto. Llegas a lo mismo y sí es muy triste.
El descenso que tuve con Necaxa que fue algo difícil, pero siempre traté de sacar el mejor provecho, era un equipo que jugaba bien, que estaba muy unido, eso amortizó esa tristeza, porque todos dejamos lo mejor en la cancha, al final no nos alcanzó, no se dieron las cosas, pues durante el torneo pegaban en el poste y salía, entraban y nos marcaban que no era gol, goles en fuera de lugar, muchas situaciones que se fueron enredando y que nos dejaron fuera. Cómo no estaba el VAR, eso nos hubiera ayudado mucho.
Muchos te veíamos eternamente con Cruz Azul, ¿por qué decides irte?
Yo también pensaba que nunca me iba a ir de ahí, pero la vida te va orillando y encaminando en rumbos distintos, uno tiene que seguir para adelante. Yo no terminé jugando ese torneo, ya había mucha presión, así que sentí que lo más sano era hacerme a un lado, y yo lo hablé así con la directiva y ahí fue donde salgo y me tengo que ir a otro lado.
¿Consideras que te culparon mucho de los fracasos de Cruz Azul?
No sé si era como tal. Creo que ese torneo fue muy duro, difícil, atípico, sucedieron cosas en el trayecto, yo no estaba a gusto, y obviamente lo mejor era que yo me hiciera a un lado, así fue y me voy a Tigres, ahí se renueva todo. Me limpié mucha presión que yo tenía y seguí mi camino.
¿Qué pasa por la mente del jugador tras la eliminación del Mundial?
Uno va con la ilusión de cambiar todo. En Sudáfrica yo iba con esa ilusión, porque había grandes personas y de mucha calidad en el grupo, yo tenía mucha convicción de que se podía lograr, al final nos quedamos en la misma, es muy decepcionante y triste, pero es cómo tú te entregues, si doy lo mejor y no me guardé nada y no me tocó pasar, pues qué lástima. No era para mí. Sales triste, pero me vine con ese sentimiento que me brindé al cien por ciento.
¿Cómo tomaste la noticia cuando Javier Aguirre te dijo que ibas a ser titular en Sudáfrica?
La verdad me sorprendió, todo apuntaba a que esa historia iba a ser diferente. Previo a que vayamos al juego, él da la lista final, y me dice que iba a jugar, para mí fue un gran logro. Sabía que no tenía margen de error. Sabía que lo tenía que hacer perfecto. No sé si lo hice perfecto, pero en lo que pude intervenir creo que lo hice bien. Eso me deja contento. Ya no pudimos pasar por otras situaciones. Pero siempre fui con la idea de dar lo mejor.
Se decía que era el Mundial de Guillermo Ochoa, ¿Tuviste la oportunidad de hablar con él?
Siempre hubo buena comunicación con él y Michel. Siempre hablamos para aportar y comentando situaciones de partidos y entrenamiento, porque en los partidos de preparación no estuvieron rotando. Siempre me apoyo, siempre positivo, tuvo una palabra de aliento para mi persona, también Michel. Tuvimos una muy buena comunicación.
LSPM