La brecha salarial entre hombre y mujeres en el boxeo sigue muy marcada. Por ejemplo, Saúl Canelo Álvarez en su última pelea ante Terence Crawford tuvo un ingreso de 150 millones de dólares, en contraste dos de las máximas figuras del boxeo femenino, Katie Taylor y Amanda Serrano obtuvieron en conjunto 18 millones de dólares, en su trilogía, es decir, nueve para cada una; cifras que demuestran una diferencia abismal.
Para Sabrina Pérez, ex campeona mundial de boxeo y originaria de Argentina, la tendencia no ha cambiado, salvo excepciones como Taylor y Serrano, las demás pugilistas siguen percibiendo pagos muy bajos, pese a estar al mismo nivel de exigencia que los hombres.
“A la mujer le sigue y le va a seguir costando por un tiempito más el boxeo femenino, quizás hoy Amanda Serrano y Katie Taylor han sido de las boxeadoras mejores pagadas, pero solamente ellas. Yo creo que las chicas trabajan de la misma manera, todas salen a correr, hacen dietas, dejan su familia, hijos, prioridades. Nos golpean igual, sacrificamos lo mismo como para tener una paga muy baja”, comentó en entrevista con MILENIO-La Afición.

Pérez aseguró que en su natal Argentina, es todavía más difícil ser boxeadora. Mientras que a un hombre le cambia la vida con una pelea titular, a una mujer no.
“En Argentina es muy difícil ser boxeadora, más siendo mujer, un hombre siendo campeón del mundo, con una defensa, dos o tres, eso le cambia la vida, a una mujer no, si no tiene un patrocinador que la pueda acompañar, no te mejora ni un poquitito, no te cambia la vida en absoluto”, añadió.
Etapa como entrenadora
Hace un tiempo dejó el boxeo debido a la repentina muerte de su marido, Diego Arrúa; ahora se dedica a entrenar a talento joven que busca una mejor vida.
“Continúo desde este lugar de entrenadora, me gusta mucho, no peleo más, planté bandera, me gusta mucho estar en este lugar, es un lugar en el que nunca, nunca creí estar, pero la vida me puso acá, para ayudar a deportistas, para verlos desde otro sitio, que con mi experiencia pueda aportarles un pequeño granito de arena y que puedan llegar a lo más alto”, puntualizó.
Su nueva vocación le ha permitido ver muchas historias de vida y recuerda una en especial con un pupilo que se regeneró y hoy en día es un hombre de bien.
“Tengo un amigo, él venía de estar perdido en las adicciones, la familia lo corrió, ya nadie creía en él, cuando estaba Diego (su difunto esposo) en ese momento de entrenador, le dio una oportunidad, le dijo: ‘Quiero que hagas las cosas bien, tanto afuera como adentro del ring’, empezó a trabajar, a estudiar, a dejar las drogas y fue campeón, ganó 13 peleas por nocaut, después conoció a una chica, tuvo un hijo y demás. Para nosotros fue una gran alegría poder ayudarlo, porque el boxeo tiene historias como esas”, dijo.

El boxeo: un estilo de vida
Recientemente con el apoyo de Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), desarrollarán el torneo amateur, Diego Arrúa Box, que lleva el nombre de su difunto esposo, quien falleció repentinamente en 2023.
“El torneo Diego Arrúa Box, es un pasito más, sigo avanzando porque tengo ese gran sueño, ese gran proyecto a cumplir que tenía en conjunto con mi marido, y la verdad que poder organizarlo en Argentina, buscando muchos talentos que quizás se pierden en el camino porque no tienen la ayuda, les cuesta o no tienen recursos. El 31 de octubre que se disputa el torneo, vamos a encontrar muchos talentos”, agregó.
Por último, agradeció el apoyo de Mauricio Sulaimán y de sus amigos, “Los Chacales”.
“Es el primer campeonato que hacemos en Matanza, Argentina. Gracias al señor Mauricio Sulaiman, a mis amigos ‘Los Chacales’, se pudo cumplir este sueño que para mí es una gran alegría traerlo a mi país y que lleve el nombre de mi marido es muy especial”, concluyó.
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MGC