“La presentación del Diccionario histórico de la lengua española es seguramente uno de los eventos más importantes del X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), por lo que implica, y podemos mostrar un diccionario sustancioso, con un contenido copioso, como dirían nuestros clásicos, que nos ha costado nada menos que 100 años alimentarlo”, dijo Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española (RAE) y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
La Academia empezó a soñar con la posibilidad de un diccionario histórico a principios del siglo XIX, y en Arequipa, Perú, presentó un adelanto y una ambiciosa edición impresa única como adelanto de su trabajo.
“El Diccionario histórico, tal y como está concebido, es una base de datos descomunal que nos permite hacer a partir de ella obras con planteamientos distintos”, explicó el director de la RAE, acompañado de María José Rincón, coordinadora del equipo de redacción del Diccionario histórico de la Academia Dominicana de la Lengua.
En el X CILE se presentó el ambicioso proyecto del que se decidió publicar diez robustos volúmenes con más de 20 mil páginas de papel “que son como para fijar un hito, marcar un momento en la historia de las academias en el que fue posible hacer un diccionario. Yo creo que nunca más habrá una edición en papel de diccionario histórico; porque cuando tengamos que editarlo ya terminado, serán muchos tomos y no merecerá la pena porque la consulta digital es mucho más eficiente e importante”, explicó el director de la RAE.
Para Santiago Muñoz Machado, el Diccionario histórico de la lengua española es una obra trazada para determinar la historia o biografía de las palabras y las relaciones entre el léxico del español de todos los tiempos.
“Se han dado pasos decisivos en estos últimos años y la acción está mucho mejor orientada y definida que en los dos tercios de siglo anteriores invertidos en implementar el proyecto. La aceleración en su desarrollo estará, en lo sucesivo, muy vinculada al progreso de las herramientas digitales, especialmente las relacionadas con la inteligencia artificial”.
María José Rincón explicó que “formamos parte de una red y de muchos equipos de redacción de la comunidad académica, científica y de lexicógrafos del mundo hispanohablante que están integrados desde 2021 en esa red panhispánica para la elaboración de este proyecto magnífico y apasionante. Dice don Santiago que a lo mejor nunca más se publica en papel, probablemente no se publique y ninguno de nosotros, lamento decirles, veremos el final de esta obra. Los lexicógrafos tenemos que asumir que eso es parte de la condición de nuestro trabajo, sobre todo si trabajamos en diccionario histórico”.
El sitio ya se puede consultar en, donde, por ejemplo, al colocar en el buscador la palabra “Chiflido”, se despliega la siguiente información:
“Se documenta por primera vez, con la acepción 'sonido agudo producido al expulsar el aire con cierta fuerza por la boca a través de los labios fruncidos o con los dedos colocados en ella de manera adecuada', en 1611, en el Tesoro de la lengua castellana de Covarrubias, en el artículo consagrado a chiflar, donde, al tiempo, se establece su sinonimia con silbo y chifla. Desde entonces, la voz se atestigua hasta la actualidad. No obstante, la subacepción 'sonido agudo emitido por un animal' se registra ya en 1499, en La Historia de los nobles caballeros Oliveros de Castilla y Artús d'Algarbe, obra anónima impresa en Burgos”.

La especialista en lexicografía del español reconoció la participación de REDACTA (la Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros de Investigación) y el impulso y consenso de toda la asociación de academias de la lengua española en el mundo.
“Supone asumir un compromiso de impulsar este Diccionario histórico, un diccionario que es nativo digital y, por supuesto, está respaldado como un proyecto académico panhispánico. Para nosotros es un orgullo formar parte de esa producción, de ese contenido imprescindible para el avance científico, para nuestra lengua y sobre todo para los hispanohablantes”.
Finalmente, María José Rincón, doctora en filología, después de mostrar la manera en la que opera el diccionario, opinó que “nuestro trabajo como lexicógrafos consiste en redactar la biografía de la palabra, es decir, documentar la primera vez en la que hay registros documentales del uso de esa palabra en español; de esa forma vamos a seguir los pasos de la evolución gráfica de la palabra y también de su evolución semántica a lo largo del tiempo. Las palabras se van desplegando ante nuestros ojos; a veces son reticentes a dejarnos ver sus secretos, pero van desplegando esos secretos, esa vida que hay detrás de ellas, esas miserias y esas grandezas”.
PCL