Cultura

"Aprendí muchas lecciones de Arabella sobre el respeto a una misma”: Rachel Willis-Sørensen, reconocida soprano estadunidense

La soprano estadunidense es la estrella de 'Arabella', de Richard Strauss, que se transmitirá desde la Met Opera de Nueva York este fin de semana y se podrá ver en el Auditorio Nacional.

La soprano estadunidense Rachel Willis-Sørensen asume el rol epónimo de la ópera Arabella, de Richard Strauss, con el deseo de contar una historia y presentar a su personaje en forma tridimensional.

“Aprendí mucho de Arabella sobre el respeto a una misma”, comenta Willis-Sørensen (1984), en entrevista exclusiva con MILENIO sobre su debut en esta producción de época, ambientada en la Viena de finales del siglo XIX, como la concibieron Strauss y su libretista Hugo von Hoffmannstahl en 1933.

Con mucho entusiasmo, la cantante habla de su debut como Arabella en la puesta en escena estrenada en 1983 por el recién fallecido en enero Otto Schenk (1930-2025), cuando la soprano ni siquiera había nacido, y que repone en la actual temporada la Metropolitan Opera House de Nueva York (MetOpera).

Me encanta que es tan apologéticamente maximalista. A veces perdemos eso en las nuevas producciones, reconocer que la ópera es una empresa enorme, y no es lo mismo cuando intentamos hacerla aburrida y cotidiana”, añade la soprano que este año se estrenó en Europa como Norma y Thaïs.

Comparte el escenario con Louise Alder (Zdenka), Tomasz Konieczny (Mandryka), Pavol Breslik (Matteo), Julie Roset (Fiakermilli), Karen Cargill (Adelaide) y Brindley Sherratt (Walder), con Nicholas Carter al frente de la Orquesta de MetOpera, donde ya debutó en 2014 en Le nozze di Figaro.

Arabella podrá verse por primera vez en México, este sábado 22 de noviembre, a las 12:00 horas, en el Auditorio Nacional y otras salas, gracias a las transmisiones en vivo desde Nueva York de la MetOpera.

“¡Qué emocionante! Nunca he cantado en México. Ojalá vaya pronto allá. Estoy muy contenta de agregar mi voz a la lista de voces prestigiosas que han cantado allá”, exclama Willis-Sørensen cuando se entera de que será la primera vez que el público en el país pueda ver una producción del Arabella.
Foto: Marty-Sohl/Met Opera
Foto: Marty-Sohl/Met Opera


Un tema de conexión

Con una carrera que ya la ha llevado a los más importantes escenarios europeos y estadounidenses y un repertorio en el que destacan las heroínas de Verdi, Strauss y Wagner, Willis-Sørensen ve la ópera como una forma de conexión con la gente a través de su voz, pero también con la parte oscura de ella misma.

“La ópera es un tema de conexión, porque nos da una visión no sólo de la historia, sino también de la música, que proporciona el paisaje emocional del interior de un personaje. Así que es un medio de conectar a la gente con el Otro”, comenta la cantante que ya prepara nuevos roles: Tosca y Ana Bolena.
“Una de las partes más difíciles del desarrollo de uno es la integración de la sombra; integrando las partes malas de uno tienes que enfrentarte a ti, aceptarte a ti mismo”, expone sobre qué le da la ópera.

- Arabella es su rol debut en la MetOpera ¿qué representa el personaje de Strauss en la carrera?

De todos los personajes que alguna vez cantaré Arabella es tal vez el más apropiado para mi garganta, es como si hubiera nacido para ser esta cantante, como si Strauss hubiera compuesto esta obra exactamente para lo que ofrezco. Y es agradable, porque muchas veces se me propuso, fue muy difícil de aprender, me resistí al principio, pero ahora siento físicamente que es el personaje correcto para cantar, me va tan bien. Además, hablo alemán, así que es divertido contar su historia en una lengua con la que me siento tan cómoda.

- ¿Cómo se metió en el personaje?

Arabella creció lentamente en mí, al principio pensé que era una joven orgullosa y fría, pero después entendí que no era así, sino que no está dispuesta a comprometerse porque alguien lo sugiere. De hecho, tengo mucho que aprender de Arabella en términos de mantener barreras saludables, de respeto a sí misma y del respeto desde los otros. Ella exige un alto nivel de respeto, pero no en un modo cruel o egoísta, sino simplemente por el hecho de ser una persona. Aprendí muchas lecciones de Arabella sobre el respeto a sí misma y, en particular, respecto del matrimonio, sobre cómo seguir siendo ella misma y nunca capitular ante los deseos de otros, aun cuando el precio puede ser perder su admiración.

- ¿Cómo asume el desafío de protagonizar un título con tanta tradición en la MetOpera desde 1955, que ahora se transmitirá en vivo al mundo, pero que no se monta desde 2014?

Es cierto, no la hacen muy a menudo. Es un gran desafío, con una producción tradicional que realizó Otto Schenk en los 80, incluso cuando yo no había nacido, pero es tan hermosa y han hecho un gran trabajo manteniéndola. Es espectacular. Y tiene un gran elenco y se siente algo muy especial ser parte de él. Nunca he cantado en una transmisión de la MetOpera en vivo, hice una o dos en Londres, Viena y Múnich, pero es muy diferente. No debo pensar demasiado en ello, porque la experiencia no se puede centrar sólo en la cámara. Obviamente, quiero hacer un trabajo hermoso. Y lo que he notado es que no debo moverme demasiado cuando la cámara está tan cerca. Es mi primera vez, así que ya te haré saber cómo fue después de la función. Tal vez sea un fracaso y no vuelva hacerlo, pero espero que funcione.

- ¿Cómo se maneja con las características líricas de Arabella y las cualidades dramáticas que le exige el libreto de Hofmannstahl? Ya tiene buena experiencia con Strauss y también con Wagner.

Esa es una de mis partes favoritas de mi trabajo, tengo que decirlo: comunicar historias y personales tridimensionales. Eso es muy divertido y tan gratificante. Para ello intento encontrar las palabras en mí misma: ¿Cuándo diría esto? ¿Cuáles serían las circunstancias que me llevaron a decir esas palabras? Y regularmente puedo encontrarlas, puedo entender por qué estos personajes toman sus decisiones.
Foto: Marty-Sohl/Met Opera
Foto: Marty-Sohl/Met Opera

- ¿Cómo logra darles esa tridimensionalidad a sus personajes?

Es divertido. Al principio no me di cuenta de lo fácil que era juzgar a los personajes negativamente, porque siempre quería ser agradable, la buena. Pero das un gran salto en tu trabajo artístico cuando estás dispuesto a reconocer que tu personaje no siempre puede ser agradable. Es mejor no ser agradable, sino honesto en términos de tu actuación, porque es mucho más realista que como es la gente real. Algunos personajes que juegan e intentan forzarte a gustar, no son, de hecho, los mejores.

- ¿Y en el caso de Arabella?

La naturaleza humana nos hace respetar lo que nos ordena el respeto, si una persona dice: “No me importa si te gusto o no”. A Arabella no le importa si te gusta o no. Así que fue difícil para mí aprender cómo hacerlo, porque Rachel realmente quería ser apreciada. El libreto de Hugo von Hofmannstahl es muy impresionante. Arabella tiene 20 años pero posee la sabiduría de alguien de 45, porque ha descubierto muchas cosas que la mayoría no sabe hasta mucho más tarde en sus vidas. Predominantemente que no le importa si te gusta o no. Esa es la mejor lección que aprendí del rol.

- Tiene amplia experiencia con óperas de Strauss. ¿De qué manera, por ejemplo, su rol de la Mariscala en Der Rosenkavalier, le ha aportado para interpretar ahora a Arabella?

Arabella es definitivamente un papel mucho más grande que el de la Marschallin, que sólo aparece en el acto I y al final del III de Der Rosenkavalier, aunque es un personaje importante, lleno de filosofía, del que he aprendido mucho también. Puedo ver cómo están relacionados: son dos mujeres nobles vienesas muy encantadoras. Pero Arabella es joven, su papel, más largo y no está resignada a su destino, como la Marschallin, que ya ha aceptado la posición en que se encuentra. Arabella sigue viendo el mundo lleno de oportunidades, de elecciones. Y ella decide cuál es el mejor futuro para sí. El Caballero de la Rosa fue buena preparación para Arabella porque idealmente va en otra dirección.

- Debutó en 2014 en la MetOpera como la Contessa en Le nozze di Figaro. ¿Le gusta lo cómico?

Es más divertido si no sabemos que es divertido en el escenario. Tenemos que tomarlo muy en serio y luego se vuelve más divertido. No sé si mis partes son divertidas en Arabella. Hay muchas risas. Y creo que así es como Strauss debe de haber sido. Pone risas en lugares inesperados. Y el director de escena, Otto Schenk, fue un actor cómico en Austria, así que agrega un montón de boberías. Es muy divertido. Y estoy sorprendida de cuántas reacciones tenemos del público, siempre por cosas diferentes.

- Aunque el trasfondo de Arabella no es tan cómico, literalmente la familia quiere vender a la hija al mejor postor en matrimonio ¿Cómo toma esto una joven artista mujer del siglo XXI?

Por eso esta ópera es tan genial porque Arabella no cede. Ella sigue diciendo: “Me gustaría estar sola, me quedaré sola si no encuentro el compañero correcto”. Y lo que ella quiere decir por el compañero correcto es alguien que pueda respetar y en quien confiar. Ella se rehúsa a hacer lo que otros quieren solo porque lo quieren, se rehúsa a casarse por dinero, sólo por dinero, quiere absolutamente ser tratada correctamente, lo exige. Arabella es mucho más que la historia de una princesa siendo casada y la historia termina siendo de respeto mutuo y perdón en relaciones de largo plazo.

- ¿Cómo se siente con la producción de época de Schenk y el vestuario de Milena Canonero?

Me encanta que es tan apologéticamente maximalista. El segundo escenario es un salón de baile con candeleros, hay como un domo de vidrio. Es demasiado, enorme. Lo amo. A veces perdemos eso en las nuevas producciones, reconocer que la ópera es una empresa enorme; y no es lo mismo cuando intentamos hacerla muy aburrida, muy cotidiana, que el elenco viste ropa que compró en H&M. Y ahí es quizás cuando no tiene éxito necesariamente, cuando nos sentimos avergonzados de la grandeza de la ópera en sí. Los jóvenes no quieren que la ópera sea aburrida ni ordinaria. Necesitamos un alto nivel.

- ¿Le gustaría haber vivido en esa época de Arabella ?

¡No! Nací exactamente cuando debía. Es divertido considerarlo, pero hay cosas sin las que no estaría contenta de vivir: la electricidad, disfruto el internet. Soy una mujer tan franca que quizás en otra época habría sido quemada como bruja. Cierto que hay nostalgia por el pasado. Y podemos entender más de nosotros si sabemos de dónde vienen nuestras culturas. Pero, no, soy feliz de vivir en 2025.

- ¿Qué le ha dado la ópera como persona y como artista?

Una de las partes más difíciles del desarrollo de uno mismo es la integración de la sombra; así que integrando tal vez las partes más malas de uno mismo, tienes que enfrentarte a ti mismo, aceptarte a ti mismo y decir: “Bueno, esto es parte de mí”.Cuando lo haces, puedes entrar al futuro con más calma y menos resistencia. Norma es un personaje bastante oscuro y lo encontré muy desafiante de retratar, pero de una manera muy buena. El papel de Norma, cantarla, obviamente cantar bel canto, cantar Bellini, fue un regalo, pero está esa madre que, como Medea, al comienzo del segundo acto considera si debería matar a sus hijos. Eso fue realmente oscuro y muy difícil, pero creo que fue bueno. Si puedes enfrentarte a las partes más oscuras de ti mismo, te das cuenta de que todo tu comportamiento está dentro de tu propio poder de elegir. Es como si no estuvieras forzado a hacer nada. Estamos en control de nosotros mismos, tenemos una autonomía sobre nuestros cuerpos, sobre nuestras elecciones. Así que creo que es como una muy hermosa lección para aprender y creo que lo conseguí mucho de Norma.

- ¿Quién es en este momento Rachel Willis-Sørensen?

Es difícil responder a eso. Siempre busco extender a mi persona energética para dar un abrazo al mundo entero. Eso es lo que quiero hacer con mi canto. Quiero construir un puente entre mí y mi canto y cruzarlo y conocerme. Y siento que muy a menudo sucede. Tengo la fortuna de las redes sociales para conectar con la gente, muchas cantantes me siguen, me gusta hablar de tramas de ópera y cómo cantar. Y es realmente maravilloso. La ópera es un tema de conexión con gente, porque nos da una visión no sólo de una historia, sino también de la música que proporciona el paisaje emocional del interior de un personaje. Y eso es algo que me interesa mucho hacer con mi voz y estoy muy contenta de participar.


hc

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José Juan de Ávila
  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.
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