Desde los rincones cervantinos surge una obra que invita a mirar la desnudez más allá de la piel y las apariencias.
Una Eva y un Adán, la propuesta artística creada por la compañía dirigida por Palle Granhoj es un profundo viaje sensorial y reflexivo sobre la relación que tenemos con nuestro cuerpo.
Más que una exhibición, lo que presenta Granhoj Dans es un acto de libertad que desafía los prejuicios, el morbo y las interpretaciones simplistas en la edición del Festival Internacional Cervantino.

A través del movimiento, la técnica coreográfica y una sensibilidad delicada, la pieza impulsa a redescubrir la desnudez como un lenguaje universal, esencial y despojado de tabúes en el que convergen arte, cultura y humanidad.
En un mundo donde la imagen del cuerpo está saturada de mensajes contradictorios, la desnudez abre un espacio para la contemplación y el respeto, invitándonos a reencontrarnos con nuestra esencia más auténtica.

Mikolaj Krczewski, coprotagonista de la pieza dice que buscan que la gente cambie su percepción acerca de cómo ven el cuerpo humano: “A veces sí es posible, a veces no lo es, ya que estamos buscando es propiciar una reflexión sobre el cuerpo humano en el arte”.
La bailarina Sofía Puntzou refiere que desde la apertura de la coreografía pretenden “algo muy artístico; no se presenta el cuerpo como algo morboso, sino como un tipo de relajación, sin crear curiosidad morbosa”
Creador de la coreografía, el director Palle Granhol dice a MILENIO:
“Se busca que la obra coreográfica no toque ni choque con las ideas conservadoras de la gente, que justo parece que en los últimos años se ha vuelto mucho más conservadora que antes. Entonces lo que estamos buscando romper con nuestra propuesta es que el cuerpo y la desnudez son algo que se debe mostrar más allá del pudor. El cuerpo por sí mismo existe desnudo, es algo completamente separado de cualquier forma de religiosidad.
“Mi compañía lleva cinco años existiendo y hemos presentado espectáculos en más de 30 países, y es cierto que dependiendo de la cultura que nos recibe es como se perciben las lecturas. Nunca ha sido nuestra intención ser provocadores sin embargo, diferentes culturas interpretan los símbolos de manera distinta
¿Por qué nos cuesta trabajo reconocer la desnudez como una forma de libertad cultural y personal?
En mi opinión es porque se ha olvidado qué es el cuerpo humano, para qué es o por qué existe, sin embargo, la pieza no está proponiendo ninguna idea ni imposición, nos está poniendo en el reflector para que cada persona del público salga con reflexiones particulares.

¿En qué consiste la técnica de obstrucción coreográfica que realizan?
Es una técnica de la restricción del movimiento y de los bailarines, es algo que no se puede explicar como tal, es algo que se explica mientras está sucediendo. En mis obras pasadas se ha visto, no se trata de restringir los movimientos de los bailarines, eso se tiene que ver para entenderse.
La coreografía se presentará nuevamente este miércoles 15 en el Teatro Cervantes a las 17:00 horas.