Cultura

La escritura como bálsamo; Maïna Chirokoff enfrenta sus miedos y su pasado en nuevo libro

Entrevista

En entrevista con MILENIO, la escritora presenta su segunda novela, 'Qué haría si no tuviera miedo', donde parte de algo personal para hacerlo universal.

Maïna Chirokoff descubrió su primer miedo en la secundaria gracias a una tarea. La maestra pidió a la clase un texto sobre algo que los atemorizara. Ella no lo pensó mucho. Eligió la muerte, suceso-sensación muy presente en su vida a raíz del fallecimiento de un primo en un accidente. 

La docente leyó el escrito y, para su sorpresa, "me dijo que no iba a poder ser escritora". No solo eso: "Rompió el texto enfrente de la clase". Ante esto, Maïna no solo no decayó, sino que lo tomó como un reto... que superó este año con la publicación del libro Qué haría si no tuviera miedo.

"Me siento orgullosa — dice la escritora a MILENIO —. Esa niña pequeña que soñaba con esto está muy orgullosa de mí, sobre todo porque hablo de mis miedos. No he podido dejar de hablar de ello".


Nacida en la Ciudad de México en 1999, desde niña Maïna ha estado inmersa en el panorama artístico por iniciativa de su padre, el ilustrador Nicolás Chirokoff: "Me puso a hacer videos de stop motion para poder concentrarme y poco a poco surgió el querer crear historias".

A los 13 años comenzó a escribir, motivada por "usar las cosas feas, que duelen, para convertirlas en algo bonito... así han dejado de doler". Su primer libro, Una mentira piadosa, lo publicó de manera independiente en 2023.

"La escritura es algo que, si no estuviera, no sé qué sería de mí; ha estado en mis momentos más complicados y más bonitos. Es un bote que me lleva por la vida. Me ha salvado la vida... Este texto me salvó de no suicidarme", confiesa, aludiendo a Qué haría si no tuviera miedo.

Actual estudiante de la UAM Cuajimalpa, recuerda que aunque la chispa del libro fue la muerte, el fuego creativo se esparció al ahondar en otros seis miedos: ser invisible, ser juzgado, al paso del tiempo, a lo desconocido, al cambio físico y al fracaso.

"Son siete miedos y una mujer, Remedios, que va a entrar a un laberinto en forma de espiral donde lo complicado no es salir, sino enfrentarse a ellos", dice sobre la esencia de su obra.

El personaje de Remedios, externa, nació de otra pasión: la "estética mágica" de Remedios Varo.

El libro salió bajo la editorial Gato Blanco | Especial
El libro salió bajo la editorial Gato Blanco | Especial

— ¿Cómo te sientes de exponer algo tan íntimo como tus miedos con este libro?

Me gusta que cuando lean el texto no me vean a mí, sino a Remedios. Además, son miedos universales: a la muerte, a que el tiempo pase, al fracaso, al cambio físico. Algo hay que hacer con lo que duele, y si se puede hacer algo bello, hacer arte, mucho mejor. 

— Tu padre es el ilustrador del libro, ¿cómo fue la experiencia de trabajar con él?

— Fue de darnos nuestro espacio; yo no me metía en sus ilustraciones, en su estética. De hecho, me da mucha risa que uno de mis miedos favoritos de sus ilustraciones es el cuervo, al que describo como un hombre flaco, muy desastroso, y él decidió hacer un canon muy griego. Funcionamos porque nos damos nuestro espacio de creatividad.

— ¿Cómo llegaste a la editorial Gato Blanco?

— Mi primo, un actor con el que he coescrito guiones, hizo una película basada en el libro Las Mutaciones, y me llevó a conocer al escritor, Jorge Comensal, quien me dijo sobre Gato Blanco. Previamente fui rechazada por el Fondo de Cultura Económica y estaba un poco triste, pero mandé mi mail (a Gato Blanco) y al día siguiente leí que les encantaba el libro. Eso fue a inicios del año.

— ¿Ya estás explorando nuevos temas para un futuro libro?


— Estoy escribiendo un libro de misterio: falleció un hombre, al parecer se cayó de su balcón, pero hay tres sospechosos. Todo está contado desde los ojos de un gatito, porque quién más chismoso que él. Y estoy en un taller de escritura, SxToy Lab, de unas mujeres maravillosas, Daniela Bueno y Johanna Juliethe; ahí debo desarrollar un texto sobre la idea de la mujer como objeto.

— ¿Y de dónde, además de tus lecturas, te inspiras?

— De las cosas mundanas. Soy muy fan del cielo y es un tema muy recurrente en mis historias, como esa imagen del cielo, lo incontrolable. Otra es el mar. Hay veces donde un viejito en la calle puede ser el germen de una idea. Siempre estoy al pendiente y abierta a todo, porque pueden ser grandes ideas en un futuro.

— ¿Qué significa para ti ser una artista?

— Seguir viendo lo bello en este mundo, seguir compartiendo e inspirando, y buscar soluciones ante la adversidad. 

— Ese temor primigenio, a la muerte. ¿Cómo lo sobrellevas actualmente? 

— Nació por la muerte de mi primo. Me lo encargaron cuando yo tenía 6 años y falleció ahogado... Fue entender que no era mi culpa y nadie es infinito. Por eso en el libro la canastita que se puede tirar al final del camino...un referencia a la obra Mujer saliendo del psicoanalista, de Remedios Varo.



hc

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Yair Hernández
  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.
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