Cultura

La trampa del éxito: ‘No hay otra opción’, de Park Chan-wook

Cine

‘No hay otra opción’, el trabajo más reciente de Park Chan-wook, enfrenta la moral con la supervivencia. Una historia de sombras, belleza y rebelión interior.

Ha vuelto el Festival de Morelia. Todo en la ciudad es charla de cine. No hay otra opción, del surcoreano Park Chan-wook, está en competencia internacional y acapara las miradas.

Llega precedida por la fama que le dio haber participado en los festivales de Venecia y Toronto. La envuelve, pues, ese halo, que rodea a los filmes que amas u odias. Y, sin embargo, hay algo por decir: el cine asiático está perfeccionando una estética de resistencia frente a la maquinaria monstruosa de Estados Unidos.

Lo hace en esta película utilizando como protagonista a una heroína improbable: una asesina que agrada. Ella es Mi-ri. La interpreta Son Ye-jin. Encarna a una esposa de clase media en las afueras de Seúl. Mientras sirve vino en una parrillada familiar, luce esta sonrisa inquebrantable. Luce, sin embargo, un temblor en el rostro, una grieta que muestra que todo en ella puede desmoronarse.

Mi-ri es una mujer que aún no ha descubierto que su rol doméstico está a punto de volverse una trampa. Park, el director, la filma con la devoción de un pintor barroco. Kim Ji-yong es el cinefotógrafo. Park ya había trabajado con él en Decision to Leave (una maravillosa película). Ambos han vuelto a las andadas para construir esta historia con base en claroscuros. Las lámparas de comedor, el fuego en la parrilla, bañan el rostro de Mi-ri siempre en forma lateral, en recuerdo, quizá, de Caravaggio o de Georges de la Tour.

Durante una de las secuencias más comentadas en el festival —la que sigue al primer asesinato—, Mi-ri se encierra en la cocina. La nevera está abierta y la luz corta la oscuridad y le divide el rostro. Una cortina se agita al fondo. El cineasta compone una suerte de piedad invertida: la mujer en calma, la pureza luminosa que absorbe una culpa invisible. Estas imágenes resuenan como herencia de otros directores surcoreanos: Kim Ki-duk, por ejemplo.

La continuidad temática no es casual. Corea del Sur está produciendo en los últimos años cine contestatario de primerísima calidad.

La trama de No hay otra opción inicia cuando el marido de Mi-ri es despedido luego de 25 años de trabajar en una empresa papelera. El hombre se está hundiendo en la enfermedad y es ella quien tiene que buscar trabajo. Lo que en cualquier otra película sería sacrificio, aquí se vuelve insurrección. Contratan a Mi-ri en una clínica dental y el jefe le ofrece ascender a cambio de cierta clase de favores. Mi-ri apaga la lámpara quirúrgica, la habitación se sume en un silencio denso y la cámara inmóvil deja que la sombra haga por ella lo que tiene que hacer. El hombre yace muerto. No hay culpa. Al contrario, hay en ella la serenidad de quien entiende que la moral es un lujo. A partir de esta escena, No hay otra opción se vuelve un thriller moral. Mi-ri inventa una empresa fantasma que sirve para matar. Sin placer ni sadismo. Pero hay método. El título se vuelve literal: cada asesinato es un argumento contra la piedad y el capitalismo.

Park filma a los cuerpos con distancia litúrgica. Kim Ji-yong ilumina las oficinas como si fueran quirófanos, la sangre es el color del éxito en este sistema social en el que vive Corea del Sur y que tanto critican sus cineastas. Este pequeño país, atrapado entre dos extremos (sus hermanos del norte en uno y el mundo como centro comercial que ofrece Estados Unidos), sigue produciendo un cine que, al igual que Parásitos, critica sin moralismos el estado de una sociedad en la que muchos sienten que no hay otra opción.

¿Dónde ver No hay otra opción?

Se espera que No hay otra opción se estrene en México en noviembre de este año a través de la plataforma MUBI.

No hay otra opción

Park Chan-wook | Corea del Sur, 2025

AQ

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.
Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto