Cultura

La escritura del silencio

Literatura

El poeta zacatecano Javier Acosta obtuvo el Premio Internacional de Poesía Gilberto Owen Estrada 2024 con el libro ‘Al (no) escribir’, que es abordado en el siguiente texto.

La insalvable grieta

“El único verdadero tema de la poesía es la poesía”, me dijo Juan Gelman en una entrevista que le hice en el 2003, ante esa sentencia abrumadora —que no me convenció— seguí indagando para poder debatir con alguien en algún otro momento.

Javier Acosta (una de las voces más interesantes de la poesía mexicana contemporánea) acaba de publicar un libro titulado Al (no) escribir (UACM, 2024); he de confesar que mi terquedad no hace mucho me llevo a discutir con otro poeta el tema de la escritura en la escritura —ambos éramos jurados de un certamen—, yo insistía en que es un algo muy tratado, caduco y hasta fácil, al final de la discusión quedé convencido de que estaba equivocado y ahora, desde una visión más filosófica, Acosta me vuelve a poner en mi lugar. Doctor en filosofía, en este libro ganador del Premio Internacional de Poesía Gilberto Owen Estrada 2024, Javier sigue la certidumbre de María Zambrano que pone énfasis entre la filosofía y la poesía con esa sutil sugerencia de abordar ambas de la misma manera: con una apertura de sensibilidad, y con sus versos Javier construye, como bien dice Sara Uribe, quien fungió como jurado del certamen, una metapoética sobre la poesía y el yo de quien escribe:

No basta con escribir para que se realice la escritura
A veces escribir lo impide
A veces no escribir también lo impide.

Y me parece raro que el escribir la impida
y me parece raro que el silencio la impida.

Quisiera estar en ese ahí, en ese entonces
cuando la escritura no impide el silencio
cuando el silencio no impide la escritura.

Al (no) escribir, Javier Acosta
Portada de 'Al (no) escribir'. (UACM)

Silencio guardado en la escritura

No confundamos la queja con el desdoblamiento del que escribe, como el orador que se sabe callar cuando esperan que hable,

Acosta logra escribir el silencio, ¿acaso esa es una definición de poesía que ya hemos escuchado?

Digamos que sin querer pasa por episodios escritos, que para fines prácticos solo son adjetivos, entonces, es un cosmos, confecciona la neblina, es un dios, un ser divino, pero la filosofía no me detiene, mejor dicho, me impulsa a formular preguntas y esas preguntas son el cómputo y la podredumbre de la sílaba, insisto no es ni hay queja, incluso aunque el lector tenga derecho a emitirla, el ventarrón poético lo impide, y no porque sea una lucha para no ser descubierto u ocultar debilidades del tema y vuelvo al tema (Gelman es un eco en mí como lector provocado por el orador que supo callarse y darme la palabra, o acorralarme para que ya no guarde silencio.

El cuaderno interior

Siempre habrá un diálogo con uno mismo en la escritura. Recuerdo a Gonzalo Rojas que contaba que su mujer le reprochaba cariñosamente cuando lo veía en silencio meditando, ya llevas mucho tiempo ahí escribiendo, ponte a hacer otra cosa. El que escribe siempre está escribiendo, aunque no esté escribiendo, escarba un hueco en el parlamento de las cosas, busca lo que se pierde cuando se busca la palabra.

Me sigo haciendo preguntas sobre este libro ¿está huyendo el libro o el autor de algo? ¿De qué? ¿Se le olvidó a la escritura detenerse? Lo cierto es que es emocionante acompañar a lo que no tiene rumbo, no es que estos textos no lo tengan, al contrario, están dirigidos conscientemente, filosóficamente hacia la contemplación de las palabras y ver lo que dicen y lo que no dicen.

Los libros de poesía que se escriben y los que no se escriben

Acosta, auténtico por convicción, se apropia de la nada para formar una totalidad entendible, entrañable, y en sus desarreglos, en sus imperfecciones, este libro se vuelve único; alguna vez me cuestioné si debí de haber escrito algunos poemas, los poemas ya estaban escritos, publicados incluso, pero los pienso así: no escritos, no para ocultarlos sino para que me sigan diciendo cosas, Al (no) escribir se disfraza, y en su quietud afina la puntería entonces dice:

“el asunto del poema es la poesía”
luego,
el asunto de la poesía—, el asunto del corazón—:
el asunto del sueño—:

El asunto es el arrebato, lo que es, lo que significa: furor, éxtasis, vehemencia, conmover poderosamente excitando alguna pasión, lo que quiera Acosta, lo que quiso es la autenticidad; yo lector le sumo mis ojos al poema, el poema se suma a mi mirada, la mirada reflexiona, la reflexión se refleja, alguien la mira, todo el proceso es un arrebato escrito o no, es un arrebato.

AQ

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
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