Acapulco después del Otis. Antología de cuento y crónica (Nitro/Press, 2025) se divide en cuatro apartados que cuentan la historia y la vida cotidiana en el puerto; el primero antes del huracán categoría 5 que lo devastó el 25 de octubre de 2023; el segundo durante la noche y los días posteriores a la tragedia; el tercero en los meses subsecuentes al meteoro, cuando las contradicciones sociales, la inseguridad y la falta de atención de las autoridades a los damnificados se hicieron aún más evidentes; el cuarto está envuelto en los recuerdos, propios o ajenos, del que fue durante décadas el sitio más deseado por el turismo nacional y extranjero.
En esta última sección, la protagonista del cuento “Acapulco, ¿verdad?”, de Juan Villoro, dice: “Un país con más de once mil kilómetros de litorales solo tenía un destino de playa relevante: Acapulco”; cita la presencia de las grandes estrellas que catapultaron el prestigio del puerto en el mundo: Elizabeth Taylor, Richard Burton, Elvis Presley, Johnny Weismüller, entre muchos otros, menciona dos de sus templos nocturnos, las discotecas Baby’O y Tiberio’s, y deja flotando en el aire un aroma de nostalgia, la imagen de un lugar del pasado, tan distinto al que se enfrenta la escritora que figura en el relato “En el más bello recuerdo de Acapulco”, de Ana Clavel. A ella, señala la narradora: “siempre le tocó conocer un puerto en decadencia al que ya solo se animaba a visitar el turismo nacional de no muchos recursos. […] Aquel Acapulco legendario de películas y fotografías en blanco y negro de los años cincuenta y sesenta, que pertenecía a un mundo idílico, era ya solo un espejismo”.
Proyecto impulsado por Citlali Guerrero, Claudia Marcucetti Pascoli, Marxitania Ortega, Liliana Nacif Heredia, Roxana Cortés y Vanessa Hernández, con el apoyo de la Universidad Autónoma de Guerrero, Acapulco después del Otis convoca a escritores y escritoras de amplia trayectoria, pero también a jóvenes que registran la situación del puerto durante el devastador huracán, entre ellos José Miguel Galeana Robles, de 13 años, quien nació en la Ciudad de México pero radica en Acapulco con su familia. Él narra su experiencia, cómo vivió la llegada del Otis, la devastación que observó después desde la azotea de su casa, la presencia del ejército y de voluntarios repartiendo despensas, la gratitud de los damnificados al recibirlas. Sin embargo, comenta: “El Otis también me hizo ver el lado oscuro de las personas, la gente peleaba en la fila de las despensas. Y acabar el huracán, todas las tiendas y los centros comerciales fueron saqueados. Habría sido comprensible que mínimo sacaran alimentos, pero lo único que se llevaban eran televisiones, motos, consolas. La delincuencia sí había subido mucho, desde mi punto de vista”.
Edgardo Bermejo Mora y el fotógrafo Rogelio Cuéllar documentaron los primeros días de la tragedia, su propósito era “registrar los estragos que provocó el huracán a la de ya por sí mermada y escasa infraestructura cultural de Acapulco, pero también de entender que no eran propiamente fortalezas sólidas sino algo más parecido a un castillo de naipes lo que en algunos casos se vino abajo con el soplido del viento”.
Crónica, ensayo, denuncia, el texto de Bermejo Mora y las fotografías de Cuéllar muestran la fragilidad y a la vez la fortaleza de los proyectos culturales en Acapulco; fragilidad por la falta de apoyo institucional y de recursos económicos; fortaleza por la valentía y decisión de los creadores que aprovechan las mínimas oportunidades para seguir trabajando, escribiendo, proponiendo proyectos sobre las más diversas disciplinas.
Con una detallada presentación de Eduardo Vázquez Martín titulada “Después del huracán: cuentos, crónicas y resistencia”, quien reflexiona sobre las actividades emprendidas en favor de la comunidad acapulqueña, este libro, en el que también, entre muchos otros autores y autoras, escriben Julián Herbert, Ethel Krauze, Brenda Ríos, Socorro Venegas, Rocío Cerón, Juan José Rodríguez y Antonio Ramos Revilla, es una apuesta a la solidaridad y la memoria.
AQ / MCB
