¿El feminismo experimenta un tope? ¿Cómo continuar la lucha de las mujeres? ¿Qué hacer ante Javier Milei y el avance de políticos con un pensamiento similar? Son preguntas a las que la escritora y antropóloga argentina Rita Segato respondió durante un encuentro con la prensa en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Antes de abrirse a los reporteros, agradeció al Hospital Civil de Guadalajara por “la mejor atención” ante un problema de salud que tuvo su hija, y a Julia Santibáñez, titular de la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura de la UNAM, quien la sacó de la “clandestinidad poética” con la publicación de El camino de regreso, libro que reúne los poemas que escribió durante décadas.
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Sobre el feminismo, la autora de La guerra contra las mujeres (2016) dijo que es indispensable continuar enarbolándolo “porque todavía estamos aprendiendo”. Por ejemplo: que la lucha de las mujeres “no es solo por nosotras, es por la humanidad, por la sociedad y la historia futura”.
Pidió dejar de lado posiciones sectarias, que nos enfrentan para apelar a un beneficio general. “La vida cambia para el mundo si las mujeres llegamos a destino con nuestro proyecto”.
En los tiempos que corren es difícil mantener esperanza, reconoció, sobre todo al voltear a la Franja de Gaza: “Palestina nos lleva a todos. Si se puede hacer eso allá (el genocidio palestino) desde que se fundó el Estado de Israel, se puede hacer en cualquier lugar del mundo. Nadie se salva”.
“La ley es el poder de muerte y hace difícil tener esperanza. Entonces, hay que pensar de otra forma, desnombrar muchas de las consignas, proyectos históricos... Es inevitable que la historia cambie, porque cuando llegamos al punto en que no hay ningún disimulo en el genocidio, ningún respeto a la ley, o comenzamos una era histórica nueva y desconocida, o el mundo se acaba”.
Apuntó que la historia, al ser controlada y escrita por los “dueños de la vida y la muerte”, tiene que desestabilizarse con arte y poesía. “Vayamos hacia la poesía siempre insurgente y agramatical, el uso suelto de la lengua quizá sea la única forma”.
“Todas las revoluciones fracasaron”, continuó Segato. “La francesa terminó en tres reinados, la china en capitalismo, Cuba es un desastre y miren Nicaragua… El presidente Daniel Ortega, cuando leyó el discurso del primer aniversario de la victoria sandinista, hacía dos años que violaba a su hijastra, Zoilamérica Ortega Murillo Narváez Sandino. Fue violada desde los diez hasta los 24 años y tuvo que huir de su país”.
Partió del caso de Ortega para externar que “el patriarcado es un orden de poder y, por lo tanto, es un orden político”. Por eso otro aprendizaje, urgente de esparcir, es que “las mujeres no tenemos que tener las ambiciones patriarcales, tenemos que generar otra idea de mundo y ese es el trabajo del feminismo hoy”.
Cerró su conversatorio señalando a Javier Milei como “una vergüenza nacional”, y ante políticos similares, que intentan frenar el avance del feminismo, “en lugar de entristecernos tendríamos que alegrarnos mucho, porque ellos, con sus grandes e inteligentísimas asesorías, se han dado cuenta que la politicidad de las mujeres amenaza sus proyectos de acumulación y concentración”.
LHM
