“Para mí, México fue una casa que se me abrió cuando se me cerraron las puertas de mi casa”, dijo el cantautor Joan Manuel Serrat (Barcelona, 1943), quien llegó a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para recibir un doctorado honoris causa, convivir con mil jóvenes y presentar el libro Y uno se cree, escrito por Jordi Soler, columnista de MILENIO Diario.
En multitudinaria conferencia de prensa, Serrat habló de su amor por México, negó estar “retirado” y contestó preguntas en catalán y en español. “Yo había estado en México desde el año 1970 haciendo giras, pero mi relación profunda con su país nace a través de un exilio forzoso que me vi obligado a soportar en el año 76. Cuando no podía volver a mi casa, aquí encontré mi casa. Y desde entonces, siempre que he llamado a la puerta me han dicho: ¿Para qué llamas?, si está abierta”.
México, un país mágico y alburero
Sonriente y de muy buen humor, Serrat comentó: “Me siento muy feliz y honrado de estar aquí. He tratado de entender a este país todo lo que he podido con las dificultades que ello conlleva, pero con la hermosura que tiene también. Es un país mágico, es un país sorprendente, difícil, alburero”.
Y agregó: “Ha sido una relación franca, cotidiana, complicada a veces porque ya todos sabemos que no es un país fácil, es un país duro en una parte de él, pero hay que seguir trabajando en este y en todos los sentidos que se pueda porque es un pueblo por el que vale la pena estar cerca. Es un país que tiene muchas maravillosas sorpresas a la vuelta de cada esquina y yo caí en una familia en México, que es la familia Taibo, donde caíamos los exiliados a contarnos nuestras cuitas”.
Joan Manuel Serrat explicó que “yo podía hacer una conferencia de prensa, primero para sacarlo de encima todos juntos, y pedí que fuéramos pocos. Luego me di cuenta de la tontería que había dicho tratándose del país de que se trata y de las circunstancias que siempre nos dan y de cuáles son mis obligaciones. Agradezco mucho la presencia de todos y cada uno de ustedes, que me permite, después de mucho tiempo de no conversar directamente, pues tener un ratito para tener una charla extendida, tranquila y lo más amable que se pueda. Gracias por estar aquí y ustedes tienen la palabra”.
Para Joan Manuel Serrat, la canción es una forma de expresarse, una manera de comunicarse, algo que compartimos. “La canción viene con nosotros, llega con el hombre cuando llega y se va con él también. Cantando se llega a esta vida y cantando me gustaría que me despidieran también. Todos merecen ser cantados y todos se pueden cantar”.
Barcelona, dejar los escenarios y la FIL
Además, el cantautor señaló: “Soy barcelonés, nací en uno de sus barrios, cercano al mar y a la montaña. Un barrio obrero, de una población mayoritariamente inmigrante. En este momento, mi barrio es de una población inmigrante, fundamentalmente americana, mucho latinoamericano, mucha gente también de países árabes, es decir, gente que viene a ganarse la vida y a tratar de buscar una tierra mejor para sus hijos. Mis canciones están llenas de barrio y difícilmente yo podía haber escrito un trabajo alejado de mi propia realidad”.
Por su capacidad para tender puentes entre la música y la poesía y una trayectoria artística en la que ha promovido los valores de la libertad, la justicia social y la diversidad lingüística, el cantautor Joan Manuel Serrat será distinguido el próximo jueves con el doctorado Honoris causa por la Universidad de Guadalajara (UdeG).
“Yo estoy muy feliz y creo que ha sido una oportunidad magnífica esta de hacer coincidir mi presencia en la FIL Guadalajara con la otorgación de este galardón que recibo con toda humildad y con todo afecto. Me guardo las palabras de agradecimiento para el discurso que me tocará dar, que no vayan a pensar que ahí hay mucho”. Y aseguró que “durante estos años hice unas canciones que la gente ha mantenido en su memoria y que ha tenido cercanas".
Durante el encuentro con la prensa, el compositor dijo que la retirada es una palabra muy fea. “Jubilación también, porque es una mentira. Yo he renunciado a cualquier tipo de jubilación. La prueba es que estoy aquí. He dejado de subir al escenario y de hacer conciertos, sobre todo por lo que representa hacer las giras y por el rigor con el que hay que enfrentarlas y por otra serie de razones que probablemente algunas estén mucho más en mi instinto que en mi razonamiento”.
El cantante lleva algo más de dos años sin subirse a un escenario, pero “eso no quiere decir que yo me haya retirado absolutamente de nada. Un día decidí que estaba en un buen momento para dejarlo y, la verdad, tengo que confesar que no siento añoranza de mi decisión de perderme, andar por el mundo, compartir con la gente, con la manera y la intensidad con que lo he llevado casi sesenta años. Pero, claro, no se puede tener todo en esta vida, algo hay que sacrificar. Tengo otras ventajas, muy cercanas, íntimas y también muy necesarias, en las que vale la pena invertir lo que a uno le queda de estar en esta vida. Y ahora que me preguntan, espero que mi ex socio, Joaquín Sabina, esté feliz y que esté bien y a gusto”.
Durante casi una hora, Serrat habló de distintos temas, entre ellos de la juventud, a la que consideró una época de la vida. “Ser joven es muchas cosas hermosas: ser fuerte, ser bello, pero ni se es eternamente fuerte ni eternamente bello. Son estados temporales de la vida. Lo primero que debe aprender alguien que está en este estado temporal es que es eso, relativo y provisional, y que por delante y por detrás, no es un albur, hay otros con los cuales hay que hacer el camino”.
Finalmente, Joan Manuel Serrat aseguró no tener planes de publicar un libro o un disco y reafirmó que “quería estar en Guadalajara, formar parte de esta delegación es un privilegio, pero si no me hubieran invitado, yo mismo me hubiera invitado”.
HC