La diabetes mellitus se ha convertido en una de las principales amenazas a la salud pública en la región, cobrando cada vez más vidas y afectando a más jóvenes.
De acuerdo con el Consejo Cívico de las Instituciones (CCI) Laguna, en 2024, mil 503 laguneros fallecieron a consecuencia de esta enfermedad, cifra que mantiene una tendencia al alza desde 2022.
Luis Alfredo Médica, coordinador de Investigación del CCI, destacó que la diabetes es actualmente la segunda causa de muerte en La Laguna, superada únicamente por las enfermedades del corazón, que provocaron 2 mil 333 decesos el año pasado. En tercer lugar se encuentra el cáncer, con mil 191 fallecimientos.
Si bien es cierto, la diabetes mellitus no es lo que causa el deceso como tal, es el detonante de determinadas morbilidades que, al complicarse, generan un desgaste físico y posteriormente la muerte.
“Cada día cuatro laguneros mueren a consecuencia de esta enfermedad. Preocupa mucho, porque si vemos hacia atrás, pues vemos que año con año esta estadística tiene ligeros incrementos”.
El especialista explica que más de la mitad de las personas que fallecieron por diabetes solo contaban con estudios de primaria, lo que revela una estrecha relación entre la enfermedad y la falta de conocimiento sobre hábitos saludables.
El 52 por ciento contaba con primaria, el 19 por ciento con estudios de secundaria, el 12 por ciento con bachillerato y el 11 por ciento con estudios profesionales.
“Esto nos habla de la falta de conocimientos sobre la alimentación, actividad física y de cómo llevar una vida más estable. El control del estrés está impactando en la calidad de vida de las personas”.
En cuanto a la mortalidad por edades, empieza a registrarse un incremento en el número de personas jóvenes que fallecen por esta enfermedad. En 2024, el 3 por ciento de los fallecimientos era de menores de 39 años; el 6 por ciento, de personas entre 40 y 59 años, y de 60 en adelante se reporta el mayor porcentaje de decesos.
En lo que va de 2025, Coahuila ha registrado 10 mil 733 nuevos casos de diabetes en mujeres y 7 mil 862 en hombres; sin embargo, esta diferencia no implica que haya más mujeres enfermas, sino que son quienes acuden con mayor frecuencia a los servicios médicos, mientras que los hombres tienden a posponer la atención.
Estilo de vida y oportunidad laboral
Los factores económicos también juegan un papel determinante, pues la precariedad laboral y los bajos salarios obligan a muchas personas, especialmente a los jóvenes, a tener más de un empleo, lo que deriva en una mala alimentación y el consumo frecuente de bebidas energéticas y azucaradas con componentes como la cafeína, que altera su metabolismo. Esto ha reflejado en los últimos años un aumento tanto en muertes por infartos como en muertes por diabetes.
“La precariedad de los salarios, la falta de crecimiento profesional en algunos sectores orilla a que algunos jóvenes tengan dos trabajos y, para poder resistir, ingieran una alta cantidad de calorías y bebidas energéticas. Esto está impactando la salud de las personas en general y se está viendo reflejado en las estadísticas de mortalidad y muertes por diabetes”.
La Laguna por arriba de la media nacional
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, la prevalencia de diabetes en La Laguna supera la media nacional, pues en Torreón, el 14 por ciento de la población mayor de 20 años vive con diabetes; en Gómez Palacio, el 13 por ciento; en Matamoros, el 12.3 por ciento, y en Lerdo, el 11.5 por ciento, mientras que la media nacional es del 10.3 por ciento.
“Esto refleja una realidad: los problemas económicos y sociales de nuestra región también se traducen en enfermedades; la salud está directamente ligada a las condiciones de vida”.
Preocupante aumento de diabetes en niños y jóvenes
Cada vez más jóvenes y hasta niños son diagnosticados con diabetes tipo 2, una enfermedad que hasta hace unos años era exclusiva de los adultos.
En Coahuila, el aumento de casos preocupa al sector salud, pues el estado se mantiene entre los primeros lugares nacionales en obesidad y sobrepeso infantil, condiciones vinculadas directamente con el desarrollo de esta enfermedad crónico-degenerativa.
Nadia Mendoza Hernández, especialista en Medicina Integrada, señala que la diabetes sigue siendo una de las principales causas de consulta, morbilidad y mortalidad en México, y que, aunque no tiene cura, sí puede prevenirse y controlarse.
“La gente sigue buscando alternativas con la esperanza de encontrar la cura definitiva de la enfermedad; sin embargo, sabemos que como toda enfermedad crónico-degenerativa, hasta el día de hoy no hay una vacuna, no hay una cura definitiva”.
Actualmente se están diagnosticando casos de diabetes tipo 2 en adolescentes de entre 12 y 16 años, un fenómeno relacionado directamente con los hábitos de alimentación, la obesidad y el sobrepeso.
“Antes, la diabetes tipo 1 era la que se diagnosticaba en niños, pero ahora vemos diabetes tipo 2 en menores de edad, algo que antes no existía. Esto tiene mucho que ver con los estilos de vida actuales y con los altos índices de obesidad”.
La cercanía con Estados Unidos ha influido en los hábitos alimenticios de la región: el consumo de comida rápida, bebidas azucaradas y porciones excesivas se ha vuelto parte de la rutina, afectando desde edades tempranas la salud metabólica.
La negación, un obstáculo en el tratamiento
Uno de los mayores retos para el control de la diabetes no solo está en los medicamentos, sino en la aceptación emocional del diagnóstico, debido a que muchas personas, sobre todo hombres, entran en negación al saber que vivirán con una enfermedad crónica, lo que dificulta el seguimiento médico y acelera las complicaciones.
La especialista en Medicina Integrada comenta que es difícil para muchas personas recibir el diagnóstico de diabetes, debido a que, en su mayoría, se encuentran en una etapa productiva.
“Recibir un diagnóstico de diabetes implica un proceso de duelo. Hay pacientes que llevan 10 o 15 años viviendo con la enfermedad y aún no la aceptan. Son los que no toman sus medicamentos, no cambian su alimentación ni acuden a sus controles”.
Ante la negativa y falta de aceptación de la enfermedad, a muy corta edad la calidad de vida se ve mermada por complicaciones crónicas como lo son: afecciones de la vista, posibilidad de perder algún dedo, pie o pierna, y la nefropatía diabética.
Muchas personas no se atienden y llegan a estas complicaciones a corto tiempo, situación que se presenta con mayor frecuencia en hombres que en mujeres.
La forma en que los médicos comunican el diagnóstico también influye en la actitud del paciente, ya que la manera en la que se comunica impacta positiva o negativamente, lo que se refleja en el tratamiento.
“La manera en cómo comunicamos, cómo informamos, tiene un impacto positivo o negativo en cada uno de nuestros pacientes, y eso conlleva a que ellos se atiendan oportunamente desde que son diagnosticados, sigan su control, tomen su tratamiento y acepten la enfermedad”.
Complicaciones que se pueden prevenir
Si bien es cierto, la diabetes puede causar complicaciones severas como pérdida de la vista, insuficiencia renal o amputaciones, todas pueden prevenirse si se tiene una buena educación y se lleva un buen cuidado de la enfermedad.
“Una persona con un adecuado tratamiento y cuidado se puede mantener en buen estado. Hay pacientes con prediabetes que manejan una buena alimentación, actividad física y medicamentos y logran una remisión de prediabetes; avanzan en conocimiento y en cuidado del propio cuerpo, que evita que la diabetes, aunque esté ahí, se desarrolle”.
Actualmente, el tratamiento para la diabetes va más allá del control del azúcar en sangre, explica la especialista, ya que los nuevos enfoques médicos buscan personalizar los tratamientos para cada paciente, considerando su etapa de vida, tiempo de diagnóstico y riesgo de complicaciones.
“Cada paciente es distinto. No solo se trata de mantener la glucosa en niveles normales, sino de prevenir daño renal, proteger el corazón y retrasar complicaciones; por eso hablamos de un control integral y no solo metabólico”.
Entre los parámetros más utilizados se encuentra la hemoglobina glicosilada, que permite saber si un paciente ha mantenido un buen control en los meses previos. Un resultado elevado es señal de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares o renales.
“Más que el tratamiento, es el buen o mal control que la gente ha tenido previamente en sus años anteriores, cómo ha vivido su diabetes desde que se le diagnosticó hasta el momento actual”.
Mendoza Hernández reiteró que la prevención es mucho más barata que el tratamiento, tanto para las familias como para el sistema de salud, pues una complicación es hasta diez veces más costosa que prevenirla.
“Los costos por medicamento que requiere cada paciente se elevan, la hospitalización aumenta y es mucho más caro atender a un paciente que vive con diabetes y sus complicaciones, que a un paciente que no tiene diabetes o, si la tiene, lleva un buen control”.
La especialista reiteró que la diabetes, al igual que otras enfermedades crónico-degenerativas, es un padecimiento que puede prevenirse y que, cuando ya se vive con él, se puede controlar y tener una buena calidad de vida.
“Hay pacientes que llevan 30 o 40 años viviendo con diabetes sin ninguna complicación. Han entendido su diabetes y no la ven como enemiga; cuidan su alimentación, procuran tener actividad física y han aprendido a conocer su cuerpo”, expresó.
e&d