La Defensoría Universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) recibió entre enero y marzo de este año 13 quejas de violencia escolar y siete de violencia docente.
En el primer trimestre de 2025, alumnos, funcionarios, personal académico y personal administrativo han iniciado 57 quejas en la Defensoría Universitaria de las cuales el mayor porcentaje es el de violencia escolar con un 22.81 por ciento, mientras que la violencia docente alcanza un 12.28 por ciento.
Violencia docente
La defensora universitaria de la UAEH, Elsa Leonor Ángeles Vera, señaló que las quejas de violencia docente obedecen a que el maestro desde su posición de poder frente a los estudiantes ejerce violencia verbal, cambios en los criterios de calificación, poner en ridículo a un alumno frente a todo el grupo, impone reglas dentro de aula que implican un riesgo para los estudiantes como el no permitir que salgan al baño, así como el nivel de exigencia.
“Tenemos mucho problema (de violencia docente) en medicina y en la licenciatura en derecho, en derecho una violencia docente fue no permitir que un alumno no hiciera el examen por no ir con saco y corbata, es una violencia docente porque no está en el Reglamento un uniforme para derecho”, sostuvo.
Respecto a la problemática en el área de medicina indicó que hay un exceso de autoritarismo por parte de casi todo el personal docente, “desde el terror de advertirles en el primer semestre que pocos van a llegar al final de la carrera, que las mujeres no tienen capacidad para aguantar las jornadas de trabajo, hasta el hecho de que algunos maestros dan clases en los hospitales sin ninguna justificación”.
Casos de bullying
Sobre las quejas por
violencia escolarexplicó que “es lo que conocemos como bullying, es la
violencia entre pares, entre estudiantes y que es sistemática, repetitiva”.
Agregó que la violencia escolar hay de diferentes formas, tanto verbal como física y emocional, “pero también hay una que es muy grave y que más nos está llegando es el ciberacoso”.
Tras las quejas de violencia docente enfatizó que “afortunadamente” a los alumnos se les está quitando el miedo de denunciar, al tiempo de considerar que hay más denuncias a nivel licenciatura, “pero tal vez haya más violencia a nivel de bachillerato, aguantan más, toleran más, son menores de edad y es muchísimo más grave el tema”.
Quejas por violencia
Entre enero y marzo de este año se han presentado en la Defensoría Universitaria de la UAEH cuatro quejas por violencia digital, siete por violencia docente, una por violencia en el noviazgo, 13 por violencia escolar, cinco por violencia institucional y ocho por violencia laboral.
Además de dos quejas por abuso sexual, cinco por acoso laboral, dos por acoso sexual, tres por discriminación, cinco por hostigamiento laboral, una por hostigamiento sexual y una por violación.
Las quejas las han presentado los alumnos con 33 de ellas, los funcionarios de la universidad con cinco quejas, el personal académico con 16 y tres quejas del personal administrativo. De las 57 quejas 37 están cerradas y 20 siguen en proceso.
Caso de la UPT para la reflexión
En cuanto a lo sucedido en la Universidad Politécnica de Tulancingo (UPT) en donde un alumno agredió físicamente a un profesor, Elsa Ángeles puntualizó que en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo no se ha presentado una situación de este tipo, sin embargo, subrayó que la máxima casa de estudios de la entidad no está exenta.
“El hecho de que suceda en otra institución nos dice con toda claridad que no estamos exentos de, estoy preocupada, se me encendió una alerta, lo tenemos que tomar en cuenta porque ninguna institución educativa en este momento en todo el país, pública o privada, estamos exentos de un caso de violencia tan extremo como el que vimos en el video (del alumno de la UPT) que me pareció gravísimo”, aseveró.
Enfatizó que la UAEH debe ver qué es lo que hace falta para prever una situación como ésta y apuntó que la Defensoría Universitaria trabaja en sensibilizar a las autoridades de cada unidad académica, escuela e instituto de la universidad para que atiendan la más mínima denuncia de violencia de cualquier tipo.
“Me cuesta mucho trabajo (esta sensibilización) porque hay una tendencia a minimizar, a no escuchar, a creer que con no hacerle caso el asunto no va a crecer y es exactamente lo contrario”, concluyó.