A cuatro meses de que el cuerpo de Dulce fue exhumado por errores en la entrega de sus restos por parte de la Fiscalía General del Estado , y después de cinco años de haber sido sepultada tras su desaparición, este domingo, con la certeza de que sí se trata de ella, se le ofreció una misa de cuerpo presente para darle el último adiós.
La ceremonia religiosa comenzó alrededor de las 12:00 horas en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en el municipio de Irapuato, donde su madre, María Teresa Marmolejo; los dos hijos de Dulce Alejandra Marmolejo López; familiares y amigos se reunieron para despedirla.
Durante la homilía, el sacerdote destacó la importancia de que la familia cierre el ciclo tras el fallecimiento de Dulce, subrayando que este reencuentro con su entorno representa un paso necesario después de los años transcurridos desde su muerte.
“Le pedimos al señor que el dolor que tenemos se convierta en compromiso por construir en la parte que nos toca la paz en nuestra sociedad. Reconocemos que solo en Cristo podemos tener una paz duradera”, fue el mensaje expresado durante la lectura del padre Joaquín García.
Teresa Marmolejo informó a MILENIO que presentará una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos para solicitar que se investigue a la Fiscalía General del Estado por presunta negligencia en el manejo de los cuerpos que inicialmente fueron identificados como los de su hija.
También señaló que considera inapropiada la actuación de la FGE con las madres buscadoras durante el proceso. Pidió además que la autoridad asuma su responsabilidad y garantice que no se repita un manejo inadecuado de cuerpos en casos de personas desaparecidas.
“Sí, con Derechos Humanos para que paguen. Quiero reparación de daños porque no es una burla, no es un juego, es un ser humano, era mi hija y sobre todo por el dolor que les están causando a mis niños y digo no se vale, soy madre y traigo mi dolor muy fuerte porque en realidad es una burla lo que hacen ellos”, explicó.
Sobre el estado emocional de los hijos de Dulce, quienes estuvieron presentes en la misa, Teresa señaló que la situación los ha marcado profundamente, tanto en lo emocional como en lo económico, pues ahora dependen de ella.
“La verdad ellos están desconcentrados, destrozados y dolidos. Ahorita ya son todos unos jóvenes, la niña ya está grande, el niño también, uno tiene 17 y el otro tiene 15. Quiero la reparación de daños para ellos y para mí porque es una burla lo que nos hicieron”, detalló.
Dulce Alejandra N. desapareció el 16 de julio de 2020 en Irapuato, cuando tenía 27 años. Cuatro días después, el 20 de julio, fue localizada sin vida. Este 2025 habría cumplido 33 años el 12 de septiembre. A cinco años de su entierro, la Fiscalía General del Estado exhumó sus restos el 15 de julio, luego de reportar inconsistencias en la entrega del cuerpo. Su caso forma parte de al menos seis registrados en los últimos cinco años en Guanajuato, en los que familiares de víctimas recibieron restos que no correspondían.
Finalmente, Teresa Marmolejo dirigió un mensaje a otras familias que atraviesan procesos similares, exhortándolas a verificar cada entrega y cada dictamen emitido por la autoridad, pues aseguró que los errores cometidos en el caso de su hija no solo prolongaron el sufrimiento, sino que representaron una falta grave de respeto.
“Que Fiscalía haga su trabajo como debe de ser y que no se burle de los familiares porque esto no se merece nadie ni tanto ellos que son víctimas, como yo que soy víctima, no se merecen nada de esto. Que hagan su trabajo como debe de ser y que entreguen lo que tengan que entregar, que no entreguen cuerpos equivocados”, concluyó.