El jueves 18 de junio a las seis de la tarde, cerca de cien personas, entre estudiantes, padres de familia y profesores, se reunieron virtualmente a través de la plataforma Zoom. Aquel fue un día soleado en el que Hidalgo llegó a los tres mil 40 casos de covid-19 en 75 municipios y 505 defunciones por esta enfermedad.
Cada uno de los estudiantes y sus papás se conectaron desde su casa, estaban en su sala, en la mesa del comedor o en el escritorio de la computadora. Noventa alumnos de la escuela primaria Everardo Márquez terminaron su educación básica en medio de la contingencia sanitaria.
No hubo abrazos, no cruzaron miradas, no hubo lágrimas al despedirse ni risas cómplices de las aventuras vividas. La pantalla de una computadora, de un teléfono celular, los reunió virtualmente en su último pase de lista.
La pandemia marcó una parte de su vida: el paso de la niñez a la adolescencia. Los tres grupos de sexto año fueron llamados la Generación Covid.
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La escuela primaria Everardo Márquez se encuentra entre la calle 16 de enero de 1869 y avenida Revolución, en la colonia Periodistas.
Está rodeada por una barda blanca, rejas color crema y el paso del tiempo ha oxidado la cadena que mantiene cerrada con candado la entrada principal. En lo alto dos cámaras de seguridad apuntan hacia la puerta.
En el acceso, sobre un pedestal café, descansa un busto en memoria del empresario Everardo Márquez Guzmán, colocado ahí un diciembre de 1971 que da nombre a la escuela.
Hay una segunda línea de rejas también color crema antes de cruzar hacia el patio de la escuela, ese que está techado, rodeado de pinos, un templete de concreto y salones en un segundo piso.
Los salones están pintados de amarillo y rojo. En uno de ellos, en el segundo piso, hay un mural que al que le hace falta un retoque.
En esta escuela los gritos de los niños, sus risas, sus voces, su energía, dejaron de sentirse y escucharse el viernes 20 de marzo cuando sonó el timbre de salida a las 3:30 de la tarde, ése fue el último día que asistieron a la primaria. Desde entonces ha permanecido cerrada por una sola razón: la pandemia.
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Diez minutos antes de las seis de la tarde de ese 18 de junio alumnos y padres de familia se conectaron a Zoom, también los profesores.
A las seis comenzó la graduación virtual. El maestro de ceremonias se encargó de conducir el programa.
Las niñas y niños estaban ahí junto a sus papás, en la pantalla de la computadora, de su teléfono celular. Los estudiantes vestían el uniforme de la escuela, el rojo con gris que caracteriza a la primaria.
No hubo graduación en un salón de la ciudad, ni un templete con autoridades escolares, ni familias enteras sentadas en sillas, ni niños hiperactivos, ni bailables, ni fotógrafos, ni padrinos de generación. El fin del ciclo escolar 2019-2020 fue virtual.
Y ahí estaban reunidos los estudiantes, en pantallas en las que se venían junto a sus papás, algunos con globos que decían “Mi graduación”, otros con flores, unos más con regalos, todos separados y a la vez unidos de forma virtual.
“Le llamaron Generación Covid porque no pudieron tener una graduación normal”, cuenta Verónica, la contralora del Comité de Participación Social de la escuela que estuvo ahí.
El maestro de ceremonias dio la bienvenida y las instrucciones: solo los alumnos que pasarían lista debían tener encendido su micrófono, el resto debía apagarlo.
La primera en hablar fue la directora, Juana Leticia Campos Luna. Dijo que recordaba a algunos alumnos que habían llegado a la Dirección escolar por sus travesuras a quienes aconsejaba no discutir con sus compañeros.
“Qué lejos estábamos de pensar que un virus nos separaría de aquello tan cotidiano para nosotros, un saludo, un abrazo, un beso, sus juegos, sus travesuras, de pronto el edificio de la escuela quedó en silencio”, reflexionó.
En el uso de la voz al micrófono virtual, el jefe de sector escolar, Francisco Pérez Salinas dijo que a pesar de la contingencia sanitaria jamás se podrá decir que fueron la generación perdida sino todo lo contrario, son la generación covid, a quienes deseó éxito.
Elisa Pérez Vázquez, en representación de los estudiantes, dio un discurso. En él señaló al causante de que no pudieran estar juntos, ni abrazarse ni haber tenido una graduación normal como en cursos pasados: el covid-19.
Sin embargo deseó que les fuera bien a todos en la nueva etapa de su vida, la secundaria.
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Entonces vino cierre de la ceremonia virtual, cada maestro de los tres grupos se encargó del último pase de lista.
“Unos cuantos meses y ya no se pudo tocar más el timbre escolar porque llegó un virus de manera espontánea que genera la muerte y por eso estamos aquí reunidos virtualmente haciendo realidad un sueño y dándole las gracias a su generación”, dijo una maestra antes de pasar lista a su grupo.
Tras el pase de lista a los grupos A, B y C, vinieron los reconocimientos a los tres mejores promedios de la primaria. Su diploma apareció en la pantalla.
La directora de la escuela volvió a tomar la palabra, agradeció a los padres de familia, a los alumnos y a los profesores el haber acudido a la ceremonia virtual de graduación.
El maestro de ceremonias puso “Las golondrinas”. En las pantallas los niños y las niñas se dijeron adiós por última vez.