Conservar la agudeza mental y retrasar el deterioro cognitivo se ha vuelto una meta clave en adultos en edad productiva, ante esto, puede que un aliado alimenticio poco valorado sea la solución a nuestros problemas.
Un análisis sistemático reciente centró la atención en el huevo entero, un alimento común subestimado, cuyos resultados iniciales vinculan su consumo moderado con una mejor función cerebral, aunque con moderación. En MILENIO te presentamos los resultados.
La importancia del consumo del huevo
De acuerdo con The Journal of Nutrition, Health and Aging, el interés científico en el huevo se explica por su alto valor nutricional y la presencia de compuestos vinculados con la salud cerebral. Se trata de un alimento denso en nutrientes que participan activamente en funciones cognitivas clave.
Uno de los componentes más relevantes es la colina, nutriente esencial para la producción de acetilcolina, un neurotransmisor fundamental en el aprendizaje y la memoria. Estudios citados por la revista señalan que una ingesta diaria moderada, equivalente a uno o dos huevos, se asocia con un mejor desempeño cognitivo en adultos de distintas edades.
El huevo también aporta otros elementos importantes para el cerebro, como:
- Colina: favorece la memoria y el aprendizaje al participar en la síntesis de acetilcolina.
- Triptófano: precursor de la serotonina, relacionada con la memoria y la toma de decisiones.
- Fosfolípidos: ayudan a regular los receptores de neurotransmisores.
- Omega-3 (DHA): esencial para el neurodesarrollo y la plasticidad cerebral.
La importancia de la moderación en el consumo de huevo
Los especialistas subrayan que los beneficios observados del huevo se concentran en un consumo moderado, no excesivo. Una revisión sistemática con once estudios y más de 38 mil participantes detectó efectos protectores en niveles intermedios de ingesta, especialmente frente al deterioro cognitivo.
En dos estudios de cohorte, las personas que consumían entre medio y un huevo al día, o de uno a dos días por semana, mostraron menor riesgo de deterioro cognitivo o demencia comparadas con quienes casi no lo incluían. Un estudio adicional también asoció el consumo diario con menor probabilidad de demencia.
No obstante, la evidencia sugiere la existencia de un límite. Algunos estudios observaron que una ingesta elevada, superior a un huevo diario de forma frecuente.
Resultados benéficos en el estudio del consumo de huevo
El análisis sistemático apunta a que un consumo moderado de huevo podría relacionarse con mejoras en áreas cognitivas concretas, como la memoria, la fluidez verbal y la rapidez para procesar información. Estos efectos se han observado principalmente en estudios con adultos y jóvenes sanos.
En cuanto a la memoria y el aprendizaje verbal, investigaciones en personas mayores de 50 años encontraron que quienes consumían huevos de forma moderada presentaban un deterioro más lento o mejores resultados en pruebas de memoria. Esto resulta coherente desde el punto de vista biológico, debido al papel de la colina en el funcionamiento del hipocampo.
Respecto a otras funciones, algunos estudios reportaron mejores niveles de fluidez verbal en personas que consumían entre medio y un huevo al día. Además, una intervención en jóvenes mostró mejoras en el tiempo de reacción tras consumir dos huevos diarios durante ocho semanas, así como un mejor desempeño visoespacial en niveles intermedios de consumo, se vinculó con mayor riesgo o sin beneficios claros.
El huevo es un alimento muy completo. Algunos lo señalan como el gran culpable del colesterol alto: ¡falso! Tiene muchos beneficios. Te aporta 6,5 gramos de proteína y, además, contiene todos estos nutrientes. ???? pic.twitter.com/R17Hk443e6
— Carlos Jaramillo MD (@drcjaramillo) February 8, 2022
Tener cautela ante la información presentada
Los expertos señalan que estos hallazgos deben leerse con cuidado, ya que los estudios disponibles no son del todo consistentes. La principal limitación es la gran diferencia en los métodos utilizados, lo que dificulta llegar a conclusiones firmes sobre el impacto del huevo en la función cognitiva.
Las variaciones se presentan tanto en la medición del consumo de huevo como en las pruebas para evaluar la salud cerebral. Algunos estudios usaron cuestionarios alimentarios poco precisos y otros registros breves, además de distintas herramientas cognitivas, lo que complica la comparación de resultados.
Ante este panorama, los autores destacan la necesidad de más ensayos clínicos bien diseñados, con suficientes participantes y seguimiento a largo plazo. Este tipo de estudios permitiría determinar con mayor certeza si el consumo de huevo influye directamente en el desempeño cognitivo.
También se propone unificar la forma de medir la ingesta de huevo e incorporar biomarcadores que expliquen mejor cómo actúan sus nutrientes en el cerebro. Aunque los resultados iniciales son alentadores, aún se requiere mayor rigor científico antes de emitir recomendaciones claras.
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