Política

En Cerocahui todos tenemos a una víctima de la violencia: sacerdote

Durante la homilía, el sacerdote Enrique Mireles preguntó quién tiene un familiar o amigo desaparecido o que haya sido asesinado por la violencia criminal que padece México.

Los rarámuris creen que para que el alma de un difunto no se regrese y se vaya pronto con Dios, tienen que darle tres vueltas al templo.

Ayer solo fue una y la procesión rodeó la plaza principal de Cerocahui para terminar en el atrio de la parroquia donde yacen los restos de los dos sacerdotes jesuitas asesinados por el crimen organizado hace tres semanas.

Cerocahui, sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales, Joaquín Mora Salazar, Enrique Mireles

Foto: José Antonio Belmont

Un par de minutos antes de las 13:00 horas, el padre Enrique Mireles salió del templo de San Francisco Javier para encabezar a su feligresía en esta caminata que en la vanguardia llevó los retratos de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar.

Una oración, grabada y reproducida en una bocina que cargó una mujer, le dio sonido a esta procesión de la que fueron testigos en primera fila las decenas de militares y policías estatales que resguardan esta parte de la sierra Tarahumara, tras el asesinato del par de clérigos y del guía turístico Pedro Palma y del joven Paul Osvaldo Bellereza.

Cerocahui, sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales, Joaquín Mora Salazar, Enrique Mireles

Foto: José Antonio Belmont 

Ya frente a las tumbas del padre Gallo y del padre Morita, cubiertas de flores y veladoras, el sacerdote Enrique Mireles y una veintena de pobladores de Cerocahui rezaron la oración por la paz, dirigida igual a víctimas que a gobiernos o al narco.

"Señor Jesús… mira nuestra patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad (...) da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan, toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, dales el don de la conversión, protege a las familias".

Cerocahui, sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales, Joaquín Mora Salazar, Enrique Mireles

Foto: José Antonio Belmont

Tras terminar de leer desde su celular estas palabras, de las que hizo eco su feligresía en cada letra, el párroco despidió la Jornada de Oración por la Paz que se originó por el crimen contra estos dos sacerdotes y que, en esta comunidad enclavada en la barranca de Urique, también incluyó una misa.

"Hoy estamos unidos con tantas otras personas e Iglesias. Compañeros y compañeras que por ser buenos samaritanos los han asesinado, como el padre Gallo y el padre Joaquín", exclamó el religioso.


"No solamente aquí tenemos ese dolor por la pérdida de nuestros padres y de nuestros amigos, también en otros lugares de México están viviendo ese mismo dolor y nos unimos a ellos, a su dolor, pidiendo juntos por la paz”, siguió el padre frente a un altar que adaptaron en este templo: en la parte superior colocaron una imagen de la Virgen de Guadalupe con el texto completo de la oración por la paz; debajo unas letras color azul con la leyenda: “Cerocahui, orando por la paz”; y de un lado el retrato del padre Gallo, y del otro, el del padre Morita; en medio, más pequeñas, las fotografías a color impresas en hojas del guía turístico Pedro Palma y de Paul Osvaldo Bellereza, todos víctimas de Noriel Portillo, El Chueco, en aquella jornada trágica del pasado 20 de junio.
Como parte de esta jornada eclesiástica, al interior de la iglesia adaptaron un altar.
Como parte de esta jornada eclesiástica, al interior de la iglesia adaptaron un altar. | José Antonio Belmont


Una pequeña mesa con un mantel dorado y un jarrón con flores blancas y veladoras completaron este altar.

Durante la homilía, el sacerdote preguntó quién tiene un familiar o amigo desaparecido o que haya sido asesinado por la violencia criminal que padece México.

Cerocahui, sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales, Joaquín Mora Salazar, Enrique Mireles

Foto: José Antonio Belmont

Tras unos tímidos susurros y unas cuantas manos levantadas, el padre Mireles corrigió a su feligresía.

"Pues aquí en Cerocahui todos, ¿verdad? Empezando por el padre Gallo y el padre Joaquín", exclamó para enseguida poner a disposición los alfileres que fueran necesarios para poner las fotos de sus víctimas en dicho altar adaptado.

Cerocahui, sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales, Joaquín Mora Salazar, Enrique Mireles

Foto: José Antonio Belmont

“Hagamos como un mural con otras fotografías de otros laicos, sacerdotes, religiosos que hayan muerto a causa de la violencia para pedir por ellos, para pedir por su eterno descanso y para pedir por la paz en nuestra comunidad.

“Todo este mes vamos a dedicar a la oración por la paz, queremos construir la paz, queremos una comunidad de paz, queremos un México de paz".

Cerocahui, sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales, Joaquín Mora Salazar, Enrique Mireles

Foto: José Antonio Belmont

JLMR

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.