Con tan solo el 3 por ciento del aforo que normalmente se tenía en cada misa, las iglesias en Nuevo León han logrado, bajo estrictos protocolos sanitarios, volver a abrir sus puertas.
Así lo señaló el arzobispo Rogelio Cabrera López, quien, tras terminar de encabezar la misa dominical en la Catedral de Monterrey, hizo un llamado a los feligreses para que continúen respetando las nuevas disposiciones que se han generado derivado de la pandemia por coronavirus.
“Vamos a pedirle a Dios para que ojalá no tengamos que volver a cerrar las puertas a la celebración eucarística. Mucho depende de la corresponsabilidad que asumimos todos en nuestras ciudades”, expresó.
Durante la primera semana de reapertura de los cultos eucarísticos, el arzobispo comentó que los templos han logrado reunir en cada celebración un escaso 3 por ciento del aforo total, y que pocas son las iglesias que han presentado una demanda mayor.
Ejemplo de ello, explicó que en la primera misa desarrollada este 28 de junio en la Catedral de Monterrey, se registró una asistencia total de 22 personas.
“Les pido que no olvidemos que, aunque se nos ha permitido la celebración de la Santa Misa con número limitado de fieles, conforme a la capacidad de cada templo, no podemos dejar de observar las indicaciones que nos han dado las autoridades de salud”, mencionó.
En su mensaje, Cabrera López agradeció a los fieles que han cumplido al pie de la letra con las indicaciones que se han tomado, por lo que los invitó a seguir haciéndolo.
“Quiero invitarlos a cumplir responsablemente las indicaciones que las autoridades nos den, se lleven su cubrebocas, a que mantengan la distancia, todo eso es para el bien de todos y el bien de cada uno”, señaló el arzobispo.
Recordó que en estos momentos donde se está presentando un incremento el número de contagios, no es obligatorio el acudir a misa y exhortó a la población vulnerable a que continúe en su casas.
El arzobispo, adelantó que el próximo miércoles sostendrá una reunión con los obispos auxiliares, el vicario general y los vicarios episcopales para evaluar los resultados que se han tenido en esta apertura inicial de las actividades eclesiásticas.