Miguel Ángel forma parte de los 70 niños con fibrosos quística hereditaria, registrados en el mundo, que han superado la enfermedad causada por el Sars-Cov2, causante del covid-19, y cuyas posibilidades de sobrevida, ante la falta de tratamiento, se reducía al 5 por ciento.
Se le consideró el primer paciente con fibrosis quística pediátrico que ingresó a un hospital por infección de covid-19 y que logró revertir en 12 días el panorama clínico. Su caso llamó la atención de médicos, científicos y autoridades a nivel mundial porque Miguel Ángel además presentaba para influenza tipo b y dos bacterias activas. Todo un combo letal.
“Se le dio un manejo agresivo con antibióticos para el problema de pseudomonas aeruginosa (principales patógenos implicados en infecciones de pacientes inmunosuprimidos), se le dio un manejo para covid-19 y para influenza tipo B y todo eso permitió que el niño saliera adelante”, explicó José Luis Lezana, neumólogo pediátrico de la Clínica de Fibrosis Quística del HIMFG.
“Si la mamá hubiese tardado en traerlo otras 24 o 72 horas, estaríamos hablando de otra cosa”, añadió el especialista en entrevista con MILENIO tras explicar que cuadros clínicos como el de Miguel Ángel se complican en horas por infecciones y bacterias.
Pero el HIMFG es de los únicos hospitales en México y en América Latina que cuentan con todo lo necesarios para abordar pacientes extremamente delicados y lograr salvarlos.
Miguel Ángel nació en Veracruz, donde después de varios meses le detectaron fibrosis quística, un padecimiento que se transmite a través de los genes.
“Para que un niño nazca con fibrosis quística ambos padres deben ser portadores sanos de la enfermedad. Cuando dos portadores conciben un niño y ellos son portadores, existe un 25 por ciento de tener un hijo con fibrosis, 50% de tener un hijo portador como ellos y 25% de tener un hijo sano en cada embarazo”.
Su madre, Brenda Ruíz, dejó Veracruz para conseguir trabajo y garantizar el tratamiento médico que debe de recibir de por vida para evitar una muerte porque su condición afecta pulmón, páncreas, hígado e intestinos.
Además de la dificultad respiratoria, comentó, el páncreas se encuentra alterado y evita que los nutrientes sean absorbidos por el intestino; por ello, tiene baja talla y peso.
“Él requiere de un tratamiento que evite la desnutrición. Se le debe de aportar las enzimas necesarias y que deberá consumir de por vida, con base a una dieta especial y equilibrada, para que tenga la oportunidad de crecer como cualquier niño”.
En México, la fibrosos quísticas hereditaria afecta a uno de cada 8 mil 500 niños nacidos vivos, es decir, nacen alrededor de 300 cada año
Sin embargo, aclaró el especialista, las probabilidades de vida dependen de donde hayan nacido dichos niños: en los países industrializados que tienen acceso a los nuevos medicamentos, la expectativa de vida alcanza un promedio de 50 años.
“El promedio del paciente en México es de 18 años; sin embargo, los pacientes del Hospital infantil de México, de acuerdo con un estudio reciente que acabamos de terminar y que tienen más de 20 años de seguimiento, la expectativa de vida es de 26 años”, comentó tras referir que la mayor parte de niños se encuentran en Estados Unidos y En Europa.
La madre ignora donde se contagió su hijo. Encontró trabajo en la Central de Abastos, donde, aseguró, cuentan con medidas de higiene, además de que en la casa donde habita junto con sus hermanas y cuatro sobrinos ninguno salió positivo.
“Todos los niños salían menos Miguel Ángel. Cuando lo llevé al hospital, se lo quedaron, por la tarde me hablaron de que lo iban a intubar. Yo dije ¿cómo puede ser? La doctora que me respondió que era necesario porque podía morir. Acepté, estuvo tres días intubado”, comentó en entrevista la joven madre soltera de 21 años.
Una vez que lo dieron de alta y le salvaron la vida, Miguel Ángel llegó a casa muy delicado. “Él es muy travieso, le gusta estar caminando, jugando, patear la pelota.
“Cuando llegó no se movía. Yo lo bajaba de la cama y no se podía sostener, o lo aguantaban sus piecitos, casi estuvo así una semana, sin moverse, ni nada, solo en la cama”, relató la madre mientras trataba de controlar en el HIMFG al infante que ya corre con velocidad.
La posibilidad de correr, de nuevo, a pesar de que en breve recibir el tratamiento que debe de tomar de por vida, no la tuvo otra menor.
“En México se dio el caso de una pequeñita de San Juan del Río, Querétaro, que ya no pudo ser trasladada al Hospital Infantil. A mí juicio era covid-19. Nunca se le quiso hacer el estudio y la niña murió por una hemorragia pulmonar, estuvo 10 días intubada”, precisó Lezana.
Desde que llegó la pandemia a México, en el HIMFG se han atendido a 14 menores contagiados con covid-19, incluyendo a neonatos. Ninguno ha fallecido.
Adrián Chávez López, jefe del Departamento de Terapia Intensiva Pediátrica, comentó que han tenido tres casos graves: “Uno tenía insuficiencia renal crónica, otro asma y el ultimo niño fibrosos quística.
“El resto no requirió cuidados intensivos. Se trataban de niños previamente sanos y neonatos, y pacientes recién nacidos, sin ninguna otra enfermedad asociada o previa al cuadro de covid-19. No hemos tenido ninguna defunción por la cepa. Tenemos a los mejores alrededor del mundo”, finalizó.
evl