Habitantes de la comunidad San Judas, en el municipio de León, viven con creciente intranquilidad luego de que el ahora exdelegado Ramiro Cruz renunciara a su cargo, presuntamente por temor tras la desaparición de un delegado en la comunidad vecina La Sandía.
De acuerdo con testimonios, Cruz decidió dimitir tras enterarse del caso, lo que generó preocupación entre los pobladores, quienes han comenzado a modificar su rutina diaria ante el clima de inseguridad.
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“Este muchacho solo se dedicaba a su trabajo y su casa. La delegada quería seguir, pero ganó Ramiro Cruz por votos, él estaba puesto por el pueblo. Nada más que viendo la situación de que ya estaban levantando a los delegados, por ahí los hacían perdedizos, mejor renunció”, dijo un habitante de forma anónima a Milenio.
La creciente inseguridad ha provocado que muchas personas eviten salir de sus casas después de las 10 de la noche. Los habitantes señalan que no cuentan con vigilancia constante, y que la Guardia Nacional solo se presenta cuando ocurre un hallazgo de cuerpos en las inmediaciones de San Judas.
“Antes estaba muy pacífico aquí, y ahora no, ya está más feo. Tanto que han encontrado allá en la carretera, por el lado del Capricho que le dicen, muertos envueltos en papel. Acá también para el lado del Pedregoso. Ya mejor uno aquí sentadito afuera”, relató un vecino.
El mismo testigo aseguró que, tras vivir toda su vida en la comunidad, jamás había presenciado un ambiente tan tenso e incierto.
“Ya ahorita estamos viviendo la situación más, porque va a ser así ya. Antes estábamos muy en paz y ahora empezó ya más desconfiado. Ya no puede salir uno para el lado del Pedregoso ni para el cerro como antes, que uno salía hasta San Cristóbal, y ahora ya no”, agregó.
La comunidad de San Judas se ubica sobre la carretera León–Cuerámaro, a unos cinco kilómetros del CERESO. De ser una de las zonas más tranquilas del área rural, ahora sus habitantes viven con miedo ante la posibilidad de presenciar hechos violentos.
Además, tiendas y pequeños negocios han optado por cerrar sus puertas antes de las 8 de la noche, en un intento por protegerse de cualquier eventualidad.
