"Nadie iba. Si te digo nadie, es nadie", son las palabras con las que Eduardo Césarman, co fundador de la histórica discoteca Baby'O habló sobre el impacto que tuvo la vorágine de violencia que Acapulco, en Guerrero, experimentó en los inicios de la década de 2010.
Las declaraciones de Césarman, recuperadas para el recientemente estrenado documental La noche eterna del Baby'O, sirven como reflejo de la forma en que las disputas criminales de aquellos años acabaron con el brillo del puerto guerrerense, nombrado en otros tiempos como La Perla del Pacífico. ¿Qué pasó y quiénes fueron los actores más relevantes? En MILENIO te contamos.
Cártel de los Beltrán Leyva: el clan que arropó a La Barbie en su ascenso criminal
Dentro del panorama criminal mexicano, pocas muertes han tenido consecuencias de la misma magnitud que la de Marcos Arturo Beltrán Leyva, alias El Barbas, quien fue abatido en diciembre de 2009 durante un operativo de la Secretaría de Marina (Semar) en Morelos.
Como jefe del grupo criminal que había forjado con sus hermanos, El Barbas era en aquellos tiempos uno de los hombres más buscados por el gobierno mexicano. La organización de los Beltrán Leyva consolidó su poderío gracias a la alianza que mantuvo en años pasados con los líderes del Cártel de Sinaloa y, en el caso específico de Guerrero, expandió sus operaciones gracias a Édgar Valdez Villarreal, alias La Barbie.
Apreciaciones del periodista Héctor de Mauleón obtenidas para el documental —dirigido por el cineasta Emilio Maillé y disponible en la plataforma Vix— precisan que Arturo Beltrán Leyva tenía el objetivo de establecer "un corredor desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México hasta el puerto de Acapulco" para robustecer las actividades del grupo criminal.
La Barbie, originario de Texas, recibió desde 2004 el nombramiento como jefe de plaza de Acapulco de los Beltrán Leyva. Para 2006, sus atribuciones ya se habían extendido a todo el estado.
Una de las primeras muestras del poder de La Barbie y sus nexos con diversas autoridades en aquel territorio fue visible en diciembre de 2005, cuando dos medios estadunidenses publicaron notas relacionadas con un video que mostraba a cuatro miembros de Los Zetas siendo interrogados por sicarios de Valdez Villarreal.
Los zetas que aparecían en dicha grabación fueron capturados por elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) —entonces liderada por Genaro García Luna— y entregados al Cártel de Sinaloa. Según información obtenida por el periodista Óscar Balderas, de MILENIO, el interrogatorio y la ejecución de aquellos hombres ocurrió en mayo de ese mismo año en Acapulco.
El DVD original fue entregado por personal bajo el mando de La Barbie a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) para difundirlo entre los líderes criminales y, con ello, enviar una advertencia a los enemigos del cártel.
"En la nómina de La Barbie había un abultadísimo número de funcionarios de los tres niveles de gobierno. La Barbie comenzó a pasearse desde 2005 a lo largo de Acapulco como un rey, era el dueño de la costera, el rey de la noche y el rey de los antros", puntualizó De Mauleón en el documental.
El inicio de la debacle en Acapulco
La noche del 16 de diciembre de 2009, poco antes de ser abatido por la Marina, Arturo Beltrán Leyva llamó por teléfono a La Barbie para pedirle que enviara refuerzos y lo ayudara a escapar de aquel complejo departamental de Cuernavaca. No obstante, Valdez Villarreal le recomendó a El Barbas que se entregara.
Arturo Beltrán Leyva rechazó esa idea y perdió la vida poco después. La falta de auxilio de La Barbie fue percibida por el resto del clan como una traición, por lo que su relación sufrió una ruptura irreparable. A partir de ese momento, La Barbie fungió como jefe criminal autónomo en Guerrero y mantuvo operaciones en otros territorios, como Morelos, Estado de México, el entonces Distrito Federal, Nuevo León, Tamaulipas y Quintana Roo.
El 30 de agosto de 2010, los días de La Barbie paseándose por las discotecas de Acapulco —incluido el Baby'O— llegaron a su fin. Ese día, elementos de la Policía Federal lo capturaron en el Estado de México, donde buscó refugiarse de los operativos que, en meses pasados, habían llevado a varios de sus colaboradores a prisión.
Su detención generó un vacío de poder y una escalada en la violencia que afectó por igual a la población y a los empresarios del puerto de Acapulco, que cerró el año 2011 con 731 asesinatos cometidos con arma de fuego, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En aquella época, el miedo de la gente de estar fuera por las noches se vio reflejado en la baja afluencia del Baby'O, que llegó a tener máximos de 60 personas, según personal entrevistado para el documental.
"Fue una época muy complicada en donde casi todos los lugares queríamos cerrar. Era insostenible [...] Acapulco desapareció durante tres años", expresó Césarman.
Para 2012, el municipio de Acapulco registró un total de 873 homicidios dolosos con arma de fuego y la cifra en 2013 fue de 609 asesinatos en las mismas condiciones. No fue sino hasta 2014 que los niveles de violencia presentaron una disminución significativa, pues las autoridades confirmaron un total de 293 homicidios en ese año.
BM.