El inicio del año trae esperanzas para muchas personas en diferentes ámbitos de la vida.
Hay quienes realizan rituales y usan prendas de un color específico en la víspera del año nuevo con el fin de atraer la buena fortuna en el amor, el dinero, los viajes, etc.
Pero ya hemos constatado que esta magia no resulta.
Sobre todo cuando nos anteceden tres años que demuestran que la preocupación por el dinero, el trabajo o el amor pasaron a segundo término, y que es la salud el privilegio más preciado.
Andrés Oppenheimer entrevistó al Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, quien dijo que no se augura un buen año para el mundo.
En Europa se pronostica un crecimiento económico del 0.3%; en Estados Unidos menos del 1% y en América Latina el 1.4%. Aunque se espera que China crezca un 4%, el dato es bajo, y aunado al 3.3% de 2022, esto representa el crecimiento económico más pobre de los últimos en 40 años.
Por su parte, América Latina tendrá diez años de poco crecimiento, pues de 2014 a 2023 habrá crecido apenas el 0.8%.
Con estas cifras es claro que la región no podrá hacer frente a los problemas que la aquejan, como la pobreza extrema, la educación de baja calidad, la precariedad de los salarios, la escasez en alimentos o medicinas.
Falta mucho por hacer, pero ayudaría analizar lo que han hecho las naciones asiáticas en temas de educación, que la han impulsado como base del progreso.
En la entrevista se comentó que América Latina perdió 70 semanas de tiempo de escuela durante la pandemia, a lo que llamó “apagón educativo”. Esto se suma al rezago previo, por lo que son enormes los esfuerzos que se tienen que hacer en este tema.
Un nuevo año comienza, pero las complicaciones que nos aquejan serán las mismas o más graves. El 2023 será un periodo muy difícil para la economía latinoamericana, y México no es la excepción.
Si tiene un trabajo, cuídelo; si tiene una empresa, cuide a sus clientes.