Política

La mentira de que el pobre es flojo

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Esta semana el expresidente Vicente Fox llamó “huevones” a quienes reciben programas sociales y expresó su deseo de que Xóchitl termine con las transferencias sociales. “A trabajar cabrones, como dice Xóchitl”, remató.

El sentir de Fox no es aislado. Entre las clases medias-altas y altas, en chats y reuniones privadas, es común escuchar que los programas sociales son dinero que se le otorga a gente que no desea trabajar.Una ayuda que enaltece la pereza. Les gusta Xóchitl, dicen, porque para ella “es más importante el trabajo que regalar el dinero”.

Hoy quiero proveer a mis lectores de la evidencia, los datos y la información que desmienten que los programas sociales nos hacen flojos (1). 

Primero, lo más evidente: quienes reciben programas sociales no trabajan menos. Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (INEGI 1T-2023) analicé cuántas horas promedio trabajan y estudian los mexicanos que reciben programas sociales. El resultado se muestra en la siguiente gráfica de caja.

Fuente: Elaboración propia con datos de ENOE 1T-2023. Muestra horas de trabajo o estudio de personas de 15 a >65 años.

Fuente: Elaboración propia con datos de ENOE 1T-2023. Muestra horas de trabajo o estudio de personas de 15 a >65 años. Se considera que la persona recibe programas sociales si alguien en su hogar es beneficiario.

Como pueden observar, las dos cajas son casi idénticas. Eso significa que las personas en edad de trabajar que viven en un hogar beneficiario de programas sociales tienden a trabajar la misma cantidad de horas que las que viven en un hogar que no es beneficiario. En otras palabras, la mayoría de los mexicanos le dedican entre 36 y 52 horas a la semana a trabajar y estudiar, independientemente de si recibenprogramas sociales.

Más aún, entre las personas con jornadas de trabajo extremas (+74 horas semanales), el porcentaje que recibe programas sociales es muy alto. Esto se debe, al menos en parte, a que,en la población general,las personas pobres suelen trabajar mucho más que los ricos. El 10% más pobre de la población en edad de trabajar trabaja en promedio 55 horas a la semana, comparado con solo 51 horas que trabaja el 10% más rico. De hecho, entre los más pobres el trabajo infantil y las dobles jornadas son más comunes.

Tampoco es verdad que las personas que reciben programas sociales sean “huevones”. De hecho, por la forma en la que los programas están diseñados, la mayor parte de las personas que los reciben, si están en edad de trabajar, tienen que trabajar o estudiar para recibirlos.

Fuente: Elaboración propia con datos de ENIGH 2020. Las 3.2 millones de personas que reciben programas sociales sin estudiar o trabajar son beneficiarios del “a
Fuente: Elaboración propia con datos de ENIGH 2020. Las 3.2 millones de personas que reciben programas sociales sin estudiar o trabajar son beneficiar

Fuente: Elaboración propia con datos de ENIGH 2020. Las 3.2 millones de personas que reciben programas sociales sin estudiar o trabajar son beneficiarios del “apoyo para el bienestar de los hijos de madres trabajadoras” (0.3 millones), o del “seguro de vida para jefas de familia” (0.1 millones), u “otros programas sociales” (2.8 millones).

Lo más común, en México, es que las personas que no estudian, ni trabajan, no reciban apoyos del Estado. Esto, más que algo que celebrar, es un error. Un mejor sistema de seguridad social incluiría apoyos para personas desempleadas o enfermas, aun si se encuentran en edad de trabajar y no lo hacen.

Es por todo lo anterior que Vicente Fox se equivoca cuando dice que las personas que reciben programas sociales son flojas y solo viven de estirar la mano. Sus comentarios nacen del clasismo, no de los hechos.

Si de estirar la mano se trata, quienes más la estiran son las clases altas. Considerando todas las formas que existen de recibir dinero sin trabajar (i.e. becas, donativos, transferencias en especie o programas sociales), el 10% más rico de México recibe 174% más “dinero regalado” que el 10% más pobre (ENIGH 2020). Mientras los primeros reciben 8 mil pesos regalados al trimestre, los segundos solo reciben 3 mil pesos.

Xóchitl no parece creer que quienes reciben programas sociales sean simples flojos. Quienes la apoyan deberían conocer mejor los datos, dejar su clasismo a un lado y también dejar de creerlo.

1- Véase también Campos Vázquez, R. (“Desigualdades”, 2022) y Jaramillo-Molina, M. (“Acostumbrados a vivir”…, 2019).


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Viri Ríos
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  • Política pública con datos. Autora de @NoEsNormalLibro. Podcast #PoliticaYOtrosDatos. Enseño en @HarvardSummer. Harvard Ph.D. / Escribe todos los lunes su columna No es normal
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