El pasado miércoles en la conferencia mañanera, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que el Gobierno de los Estados Unidos entregará a México el dinero que fue confiscado al ex Secretario de Finanzas del Gobierno del Estado de Coahuila, Javier Villarreal Hernández, que asciende a la cantidad de 4,800 millones de pesos, que el mandatario quiere destinar a una campaña de prevención del consumo de drogas.
A pesar de que el fin de la prevención del consumo de drogas es loable, no es correcto que sea el Gobierno Federal quien ejerza dichos recursos, porque los mismos pertenecen a las y los ciudadanos de Coahuila, es decir, lo lógico es que los mismos se usen en obras, programas sociales o en pagar parte de la deuda pública que tenemos como entidad.
El origen de la mayoría estos 4,800 millones de pesos no puede ser otro que los recursos perdidos de la mega deuda y quizá un porcentaje menor de sobornos, pero lo cierto es que si la población de Coahuila sigue pagando los efectos de la deuda, lo mejor que puede hacer el Gobierno Federal es etiquetar por completo dicha cantidad a un pago extraordinario a las instituciones bancarias que llevan la deuda, para abonar a capital y disminuir así el monto total y los intereses, dando una mejor viabilidad financiera a futuro.
Pero en cambio, el Gobierno Federal está apostando por el populismo, usando el dinero de los coahuilenses para un programa nacional y lo peor es que los políticos locales de MORENA en Coahuila aplauden la medida, cuando deberían estar defendiendo los intereses del Estado, en lugar de los del Presidente.
Es decir, como el dinero sale de Coahuila, es una cantidad que se debe y estamos pagando, Estados Unidos lo devuelve, pero a la Federación, pero la población agraviada por los actos de corrupción de Javier Villarreal somos nosotros, por ende, es de mal gusto de AMLO que ahora quiera disponer de algo que no le corresponde, cuando el dueño legítimo que es el pueblo de Coahuila, tanto lo necesita.
@victorsanval