Cerca de la medianoche del domingo pasado, TikTok —la red social de moda— comenzó a llenarse de videos del Weekend Fest, celebrado en el Recinto Ferial de Tampico. Pero esta vez, no eran para presumir al grupo en escena, sino para descargar la furia de los asistentes contra los organizadores. ¿El motivo? La cancelación de Los Bunkers y Enjambre, las dos bandas más esperadas del cartel.
No es la primera vez que este festival se ve envuelto en la polémica por su mala organización y falta de profesionalismo. Lo grave es que, pese al historial de irregularidades, el Weekend Fest contó este año con el respaldo institucional del Gobierno de Tamaulipas, a través de la Secretaría de Turismo.
El titular de la dependencia, Benjamín Hernández, junto al promotor Pedro Muñoz y representantes de los ayuntamientos de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, presentaron el evento como un “impulso al turismo” y una “apuesta por la proyección de la zona sur del estado”.
La realidad, sin embargo, fue otra: un festival caótico, una multitud indignada y los organizadores volvieron a quedar mal parados ante el público. La promoción turística no se logra con discursos ni con eventos mal planeados, sino con seriedad, logística y respeto al público.
Este fracaso de seriedad profesional hipoteca el futuro de la zona conurbada como una plaza para conciertos de este tipo y de gran magnitud. No podemos aspirar a ser una opción seria si algunos festivales terminan de esta forma.
Es cierto que los errores ocurren hasta en las ligas mayores; lo vimos con el concierto de El Tri en el Auditorio Nacional, donde la pantalla lateral del escenario comenzó a caerse. La diferencia entre un fallo aislado y un historial de irregularidades es la credibilidad.
El público, y especialmente los fans que hacen un gran esfuerzo para comprar esos boletos, merecen ese mismo nivel de profesionalismo. Si la zona sur de Tamaulipas quiere estar a la altura, no necesita más discursos, necesita un compromiso innegociable: que los gobiernos exijan a los promotores la logística, el equipo técnico y el respeto al público que dignifica la industria.
Es hora de madurar o ceder el paso a quienes sí puedan ofrecer la talla que el sur de Tamaulipas merece, pero principalmente responder al público que es innegable está ávido de espectáculos de calidad y bien organizados.