En el ocaso de la administración estatal de Veracruz de Patricio Chirinos Calero, trabajando para Reforma, conocí a Miguel Ángel Yunes Linares, poderoso secretario general de Gobierno y posteriormente dirigente estatal del PRI; en ese entonces, acumulaba un poder como pocos y lo que ello implicaba. Después de una estrepitosa derrota del priismo en los municipios más importantes a manos del PRD y PAN, muchos dieron por terminada su carrera política.
Posteriormente, reapareció en el gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón, y estuvo a punto de ganar la gubernatura veracruzana por Acción Nacional.
De lo anterior se desprende que en la política a nadie debe darse por muerto; todo depende de las circunstancias.
En días pasados, el Tribunal Electoral descarriló la candidatura a diputado federal del ex Gobernador panista de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, debido a las dos órdenes de aprehensión por delincuencia organizada y cometer operaciones con recursos de procedencia ilícita.
De manera paralela al tema legal, se ha desatado un sinnúmero de ataques de todo tipo en contra de quien se dice se encuentra en Mission, Texas. Usando la sabiduría popular, se puede señalar, “cosecha lo que sembró”.
Su sexenio estuvo marcado por la prepotencia y persecución contra aquellos que no aceptaban sus mandamientos.
A la fecha, el grupo político del ex mandatario panista sigue dando de qué hablar; el mejor ejemplo es el triunfo legal para recuperar sus posiciones en las diputaciones locales plurinominales.
Amigos y enemigos, más los últimos, saben de la habilidad de Cabeza de Vaca para resistir la adversidad y mantener su influencia sobre seguidores y adversarios; habría que preguntar la opinión de los grupos contrarios al cabecismo al interior del panismo.
En el centro de la tormenta política, el ex mandatario ha enfrentado acusaciones y controversias, y a pesar de los embates de sus oponentes, ha logrado mantenerse en la palestra política.
Días después de la mayor derrota priista en Veracruz, me tocó ver a su líder, Miguel Ángel Yunes Linares, “echando mecánica” a su camioneta en la sede estatal del PRI; ni todo el poder que llegó a tener le permitía poner en marcha su unidad. Eso sí, ahora con una actitud toda humildad.
Desconozco el futuro que le depara a Cabeza de Vaca; seguro estoy que sigue pensando en su próxima jugada, para preocupación de sus enemigos.
Lo cierto es que muchos esperan que ahora si pierda su característica soberbia.
