El 19 de enero pasado, Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, informó que se tocó el nivel de deuda permitido por el Congreso de 31.4 trillones de dólares, el llamado “techo de endeudamiento”, y anunció medidas extraordinarias que permiten tener recursos por varios meses más y evitar el incumplimiento de las obligaciones del gobierno, entre ellas el pago de intereses por la emisión de bonos. En particular, se dejó de financiar parte de varios fondos de retiro del gobierno, aunque sin afectar de manera inmediata a los beneficiarios. Además, al haberse alcanzado el techo de deuda se suspendió la emisión de bonos, lo que afectó sobre todo a gobiernos estatales y locales. Yellen estima que a principios del mes de junio próximo el gobierno no tendrá suficientes recursos para cumplir con todas sus obligaciones.
¿Qué pasa si en los próximos meses el Tesoro no tiene dinero para pagar los intereses de deuda, los gastos médicos (MediCare y MedicAid), los sueldos o las pensiones? Estos pagos tendrían que disminuir mes a mes, dependiendo de la recaudación mensual de impuestos. En el caso extremo, de pararse totalmente las actividades del gobierno, aproximadamente el diez por ciento de la economía se vería afectada.
El escenario de no pago, a nuestro parecer, tiene poca probabilidad, pero no nula. Consideramos que finalmente se elevará el techo, aunque, de cualquier manera, a medida que pase el tiempo, y la posibilidad de moratoria aumenta, es probable que se registre nerviosismo en los mercados.
En 2011 se presentó una situación similar, con una discusión que duró varios meses y en donde se aprobó un incremento en la deuda sólo a días de caer en moratoria, los mercados financieros registraron una fuerte turbulencia, el accionario fue cayendo a lo largo del proceso, pero cada vez de forma más abrupta a medida que crecía el riesgo de moratoria, y Standard & Poor’s recortó la calificación crediticia de AAA a AA+ y la puso en perspectiva negativa.
La reseña de lo ocurrido en 2011 nos permite visualizar de alguna manera lo que ocurriría en el peor de los escenarios, en donde el gobierno no tenga dinero para cubrir sus obligaciones, que caiga en moratoria. Además de afectaciones en la seguridad social, veríamos probablemente un brinco en las tasas de interés, aumentando el riesgo de recesión, y una caída en el mercado accionario. El impacto no sólo sería en los mercados financieros estadounidenses, sino a nivel global.
Conviene recordar que el límite legal de cuánto se puede endeudar el gobierno estadounidense, el techo de endeudamiento, ha sido aprobado por el Congreso desde la Primera Guerra Mundial y ha aumentado continuamente, 80 veces desde 1960 y 20 veces desde el año 2000. En pocas palabras, el gobierno ha gastado de más. La relación deuda a PIB es cercana al cien por ciento. Sin embargo, muchos analistas consideran que Estados Unidos puede tolerar altos niveles de endeudamiento, dada su capacidad de imprimir dólares, y una moratoria sólo puede existir si el mismo gobierno lo permite. De cualquier manera, en el largo plazo la consecuencia del alto endeudamiento es un menor potencial de crecimiento.
Como en otras ocasiones, la discusión sobre el techo de endeudamiento es utilizada con fines políticos. La actual conformación del Congreso y su liderazgo apuntan en la misma dirección. El punto de quiebre en la discusión podría ser el comportamiento de los mercados, en particular del accionario, a medida que pase el tiempo y aumente la presión dentro del gobierno ante la falta de recursos. Al final del día, nuestra apuesta es que se va a solucionar el problema, sin caer en moratoria.