Tanto Schütz como Levi —el primero, ex soldado de la Primera Guerra Mundial; sobreviviente de Auschwitz el segundo— analizan la vuelta al hogar tras eventos traumáticos. A ambos sorprende la conmoción generada, oponiéndose a versiones idealizadas de júbilo y regocijo. Además, coinciden en concluir que las relaciones del Nosotros habían sido interrumpidas. Se habían vuelto extraños. Ninguno de ellos se interesa por la situación de las mujeres, para quienes las guerras han reestructurado su relación con el hogar. La partida de los hombres a la Primera Guerra Mundial propició la participación de éstas en el mundo laboral. Transporte, industria, agricultura, comercio fueron algunas de las áreas. Con el fin de la guerra llegó el retorno al hogar, lo que implicó que a la opresión patriarcal se le sumase un nuevo estigma. La muerte de hombres en batalla generaba —según los diarios de la época— un “excedente de mujeres”. Si bien la Primera Guerra Mundial inicia una transformación en el imaginario social de la mujer, su conclusión la revierte: “vuelven al hogar” y al trabajo doméstico.
El retorno al mundo laboral tendrá lugar en la Segunda Guerra Mundial. Empero, en esta ocasión el fin de la misma no significará abandonarlo, ya que “vuelven al hogar” y continúan laborando. Al trabajo doméstico se le sumará el trabajo extradoméstico. Este breve recorrido nos permite apreciar la influencia que las guerras han tenido en la relación de las mujeres con el hogar. Si bien han oscilado entre salir y regresar, ninguna ha significado la redistribución del trabajo doméstico. La —mal llamada— guerra contra el covid-19 requiere quedarnos en casa. Las mujeres sumando home office al trabajo doméstico, y el cuidado de tiempo completo de hijos y adultos mayores. Amalgama turbulenta entre la esfera pública y la privada, imponiendo una triple jornada laboral a las mujeres e intensificando su trabajo no remunerado. Y, en otros casos, exponiéndolas al recrudecimiento de la violencia. Así, la relación entre “hogar” y guerra tiene para las mujeres alcances necropolíticos.
BRENDA ARACELI BUSTOS GARCÍA
Iinso-UANL
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