Geográficamente, Hidalgo ocupa una porción de la llamada Faja Volcánica Trans-mexicana, la cual conforma una cadena montañosa que atraviesa la mayor parte del centro del país desde Jalisco hasta Veracruz. Esta cadena volcánica se forma porque la placa tectónica de Cocos se hunde debajo de la placa norteamericana, lo cual, a su vez, es la causa de la sismicidad que se presenta frente a las costas del Pacífico mexicano.
En Hidalgo existen estructuras volcánicas importantes como la Caldera de Chichicuautla ubicada en Singuilucan, la cual es un volcán antiguo (unos 15 millones de años), el cual se encuentra colapsado y forma un anillo de unos 6 km de ancho, dentro de ella se ubica un pequeño volcán más reciente el cual es nombrado Tío Lolo; otra de las estructuras grandes es la Caldera de Huichapan-Don Guinyó, la cual es una gran depresión ubicada entre los municipios de Nopala, Huichapan y Chapantongo, la cual alberga dentro de sí un gran domo volcánico llamado cerro Hualtepec, donde la creencia de las culturas mesoamericanas ubica el nacimiento del dios Huitzilopochtli.
La región de Tulancingo es una de las mayores concentraciones de estructuras volcánicas, tales como la Caldera de Acoculco, una depresión de unos 18 km de espesor ubicada en su mayor parte en las limítrofes de Cuautepec, pero aún mayor es la Caldera de Tulancingo, la cual es una depresión aún más grande (de unos 38 km), la cual está muy relacionada con unos cerros muy conocidos como El Yolo y Napateco, los cuales son domos volcánicos de unos 2 millones de años de antigüedad, y otro cerro conocido como Minillas por los rumbos de Tecocomulco.
Hacia la región de Santiago Tulantepec se encuentra el Cerro de La Paila, el cual sorprendentemente tiene 5 cráteres (La Paila, Paila Seca, Paila del Agua, San Ignacio y Coatzetzengo), para los habitantes de la comunidad de Los Romeros es común encontrar túneles de lava. Para los viajeros entre Pachuca y Tulancingo, es común pasar por la comunidad de El Susto, sin embargo, para ellos sería extraño leer que se encuentran pasando por derrames basálticos (como los de Huasca) de dos pequeños volcanes llamados La Paila y el Molcajete.
La región de Apan no se queda atrás, es una de las que más estructuras volcánicas presenta, los volcánes del Xiguingo y La Paila ubicados entre Singuilucan y Tepeapulco son muy conocidos, sobre todo por sus ruinas arqueológicas. El cerro de Santa Ana (Tepeapulco) es un volcán inactivo de unos 3 millones de años de antigüedad, y en el municipio de Almoloya se encuentran varios volcanes como El Tezoyo, El Coliuca, Coatlaco, El Colorado entre otros más, es interesante relacionar que estos suelos volcánicos fértiles hacen de Apan la región pulquera que conocemos hoy en día.
Son muy conocidos los prismas basálticos de Santa María Regla, datados en unos 2.8 millones de años y el cerro de las Navajas famoso por la presencia de obsidiana indica que este volcán ha tenido erupciones muy recientes (aclaro que para un geólogo un evento reciente es de hace unos 10 millones de años), la cuales consisten en derrames de lava originados en El Guajolote y Cerro Gordo, de no más de 5 mil años de antigüedad.
El mítico cerro Grande para los pobladores de San Agustín Tlaxiaca es un volcán tipo “cono de escorias” el cual derramó miles de metros cúbicos de ceniza y lava basáltica hace más de medio millón de años, pero además existen otros como El Pelavacas, Cerro Gordo, El Picacho y El Colorado ubicados en Tornacuxtla.
HÉCTOR JESÚS TAPIA FERNÁNDEZ
htapia@elcolegiodehidalgo.edu.mx