Aparte del espectáculo deportivo que nos regalaron por años, Roger Federer y Rafael Nadal nos han dejado un legado de lo que es ser rivales; reinterpretaron su significado. La imagen de ellos con lágrimas, mostrando sus emociones, tomados de la mano en la despedida de Federer como deportista, dio la vuelta al mundo. Nos dejaron una nueva manera de ver las relaciones entre contrincantes, y entre hombres ni se diga. Y espero que al ser role models influyan en otros campos.
Cuarenta veces se enfrentaron. La victoria de uno, implicaba la derrota del otro. Y así sin más regresaban el respeto y admiración por el otro, después de una competencia sin tregua en el juego. Grandes en la cancha, grandes fuera de ella. Así se mide la calidad humana. Lo que sucedió en el mundo del tenis pudiéramos llevarlo a la política, empresa y otros sectores. Ya pasó una vez. El famoso coaching como metodología de apoyo a grandes líderes, tiene entre sus bases la práctica mental utilizada con los tenistas.
Nos dejan una nueva lección de lo que es competir. Si me atrevo a soñar, me imaginé así los futuros rivales políticos. Me emociona pensar que pudiéramos tener campañas políticas de otro nivel. Que la competencia donde elegimos a nuestros gobernantes tenga unos “jugadores” de la talla de las decisiones que tienen que tomar. La calidad humana, como primera característica; saberse una figura pública que lo que dice o hace, impacta en todo. Integridad como un ingrediente clave; respeto hacia la persona y familia de mi contrincante. Juego limpio, competir por experiencia, habilidades, propuestas y equipos.
Los verdaderos competidores tienen claro: cómo, cuándo y dónde. Reconocen sus fortalezas, oportunidades y las de su rival. Se enfocan en su persona, más que en el otro, pero saben que uno no es sin el otro. El rival te hace ser quien eres. Con otro rival se es alguien más. Ya lo decía Aristóteles: en política estamos obligados a comprender y sumar puntos de vista diferentes a fin de gobernar. Sumar, hacer sinergia con lo que trae la competencia. Federer y Nadal entendieron que juntos, hasta como rivales, son mayor que la suma de sus partes.
Valeria Guerra
@guerravaleria