El Día Internacional de las Mujeres, no es mundial designado por la ONU, es una fecha que el movimiento feminista logró arrancar al patriarcado de diferentes países. En 1875, cientos de obreras se manifestaron en Nueva York, en exigencia de igualdad laboral y salarial (algo que hasta la fecha no hemos conseguido) La policía las reprimió brutalmente y asesinó a decenas de ellas. Era 8 de marzo.
En los años siguientes, en tres diferentes frentes de lucha, las feministas presionaron a sus líderes mundiales para obligarlos a mirar hacia la mitad del mundo históricamente excluida. Así, las comunistas de Estados Unidos y Rusia, las socialistas europeas y las sufragistas inglesas se unieron para exigir la institución de un Día Internacional de la Mujer.
Gracias a Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, Nadezhda Krúpskaya, Inessa Armand, Alexandra Kollontái y muchas revolucionarias más de todo el mundo, quedó demostrado que la de las mujeres era (y sigue siendo) una forma diferente de hacer política, con la cual pueden generarse alianzas distintas, ante intereses internacionales que pudieran parecer irreconciliables.
En agosto de 1910, se realizó en Dinamarca, la 2 ª Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas, en donde Clara Zetkin pronuncia un emblemático discurso por la unidad de las mujeres socialistas y el establecimiento definitivo de una fecha para la conmemoración.
Al final, en 1914, en una maniobra política integradora que frenó los radicalismos ideológicos y machistas de todos los hombres dirigentes de distintos grupos, Zetkin y sus colaboradoras establecen la fecha en el aniversario de la huelga del 8 de marzo, y estipulan que deberá enfocarse a buscar el sufragio femenino.
El 8 de marzo se elige por la huelga estadounidense, el año de origen por el discurso de Zetkin en 1910, y la premisa básica fue la de las sufragistas europeas.
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