La cuarentena ha incrementado el trabajo de las mujeres. Hablando exclusivamente de las mujeres que cuentan con un empleo que hoy les está permitiendo laborar desde casa, no significa que la situación sea cómoda.
Independientemente de la violencia en la pareja y la familia, la cuarentena de las trabajadoras les deja a merced de jefas y jefes demandantes que llaman a cualquier hora, sin respetar el horario laboral. El trabajo doméstico se desborda ante la presencia permanente de integrantes que anteriormente pasaban poco tiempo en el hogar. Sí, las labores se incrementan, pero no su distribución, así que la carga más pesada suele estar en las mujeres. Un nuevo trabajo no previsto durante la cuarentena es el apoyo a las hijas e hijos en edad escolar, quienes no solían requerir mucho acompañamiento en las tareas, ya que éstas eran sólo repaso de los contenidos educativos. Pero ahora, ante las dudas que surgen por un tema nuevo, nos toca a nosotras investigar y comprender temas escolares añejos ya olvidados. Aunque ya no es novedad que se designe a las mujeres para el cuidado de familiares que requieren atención especial, como personas con discapacidad, adultez mayor o enfermedades crónico-degenerativas, hoy las mujeres enfrentan estos cuidados sin el apoyo que pudieran recibir antes de la cuarentena, dado que han cerrado los centros de educación especial, de rehabilitación y las casas de día, además de que no puede accederse a contratar a una persona de apoyo en casa.
Cien años atrás, cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue fundada en 1919, la mayoría de las mujeres en el mundo no tenía derecho al voto ni a los derechos laborales. Más de un siglo después, la OIT considera que, aunque la participación de las mujeres en el mercado laboral ha aumentado considerablemente, millones de ellas aún enfrentan obstáculos.
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