¿Quién mató a Manuel Buendía? Esa es la pregunta que viene con el titulo de este necesario documental, que ya pueden ver en Netflix, y que Manuel Alcalá tuvo a bien traer a la atención de México y el mundo con una investigación y contextualización fuera de serie. Una que aún pisa muchos callos, y que requería de una forma externa de distribución para que nadie le metiera mano, porque el periodista asesinado en plena vía publica en 1984 todavía tiene a muchos de los cómplices de su muerte libres e impunemente dando vueltas por la vida. Y eso no se puede decir en un contexto controlado por ningún gobierno.
Los que estudiamos periodismo algunos años después de este cruento asesinato escuchábamos su nombre de boca de maestros casi como si fuera tan solo un mártir del periodismo. Después de ver este documental, escuchar la voz que había grabado Buendía y ver cantidades de videos y textos, me doy cuenta del mal servicio que nos hicieron al respecto. El mensaje era otro: México no se anda con medias tintas. Nuestros villanos están conectados con los más grandes y siniestros poderes, y exponerlo entonces era muy peligroso. Por muchas de las mismas razones.
Si bien hablamos mucho y aventamos insultos en las redes sociales cuando no nos gusta el estilo o la postura política de alguien, la verdad es que sí hay intereses siniestros en acción. Muchos de ellos que simplemente son fáciles de ignorar, pero que son la razón de muchas de nuestras tragedias. Y por ello, y por todos los reporteros caídos en esa misión de que la verdad nos lleve a un lugar mejor, háganse un pequeño favor y vean este documental. Seguramente se sentirán tan cimbrados y conmovidos como los que ya lo vimos. _
Susana Moscatel