Ojo. Aquí hay algunos spoilers . Aunque cuesta trabajo creer que quienes sean fans y estén interesados en el futuro de los superhéroes de Marvel no estén al tanto de la maniobra que, con el estreno de Thunderbolts* en cines, al final se ha ejecutado. Y esa es oficializar a esta generación de desatados sociales, hechos equipo muy a su pesar, que son los nuevos Vengadores .
Si esto funciona, y espero que sí, Disney habrá logrado lo imposible: revivir de una forma creativa y auto burlona lo que por muchos años fue su gran mina de oro. Sabemos que con el final de End Game y un montón de series medianas o nada buenas en su sistema de streaming , aunado a la resistencia de todo lo que sonara a wake , la batalla ha sido aún más difícil que la que enfrentaron contra Thanos.
El desinterés es el peor enemigo de cualquier héroe. Pero los Thunderbolts* se vendieron y entregaron algo distinto que habla de temas serios como la salud mental, pero que también hace reír. Mucho. No hay exceso de efectos especiales y llamándose Thunderbolts* , una marca ni de lejos tan reconocida como Avengers , tuvo una muy buena primera semana. Imaginen ahora lo que va a suceder con el boca a boca y con la manera en que se están diviriéndole cambiándole el nombre a la película después de estrenada.
Quienes ya la vieron entienden por qué esto tiene sentido. Unas ven imágenes de Sebastian Stan cambiando los carteles de la película en las calles y a otros arrancando Thunderbolts* de la publicidad, para revelar que ellos son los nuevos Avengers . Eso, al menos, les debemos llamar la atención. Es una movida brillante, y aunque siempre habrá quien no acepte lo nuevo, la verdad es que hace mucho tiempo no veía una estrategia tan gozosa y con tan buen sentido del humor, más allá de la mercadotecnia.