A veces hay que saber dejar de quejarse y escuchar. Esto me lo digo a mí misma en este momento, ya que después de aventar todo tipo de improperio y maldición ante la decisión de que los Globos de Oro no fueran a ser transmitidos ni por streaming, debo confesar que me la pasé de maravilla siguiendo a los ganadores via Twitter. La razón fue muy sencilla: hubo grandes producciones este año y los escándalos del Sindicato de la Prensa Extranjera de Hollywood no mancharon la maravilla de cada uno de los ganadores la noche del domingo.
Siempre habrá quien no esté de acuerdo, por supuesto. Pero Amor sin Barreras, de Steven Spielberg, posiblemente logre lo que es casi imposible: que en las consiguientes ceremonias, incluyendo el Oscar, le gane a los dramas. Está difícil, El poder del perro (Netflix) y Dune (Warner) son brillantes. Pero Spielberg es un mago de amor y logró que un maravilloso clásico fuera aún mejor (en ciertos aspectos) que el original.
Por el otro lado la televisión está mejor que nunca y que Succesion de HBO Max haya ganado tantos premios es como para que quien no la haya visto definitivamente empiece a sentir un terrible FOMO (miedo de quedarse fuera); les aseguro que la serie ganadora es un clásico de nuestros tiempos. Pase lo que pase pandémicamente con los Emmy les voy garantizando también su éxito.
Sé que en México pocas personas han visto Hacks, también de HBO Max, pero espero que pronto vean esta comedia sobre dos generaciones del humor; es a su vez un enorme comentario social. Después de todo, con lo que importa: no estuvieron tan mal como parecía, queridos Globos de Oro. Pronta recuperación a su ceremonia.
Susana Moscatel
Twitter: @susana.moscatel
