El pasado sábado, haciendo uso del siempre desorganizado y violento estilo de discurso de Donald Trump, comenzó a circular un video en redes sociales de algunos medios, donde el candidato presumió cómo había doblegado a México en la “negociación” del muro fronterizo y haciendo alusión al entonces canciller, Marcelo Ebrard; contó cómo en cinco minutos “obtuvo lo que quiso” después de que este habló con AMLO.
Ese clip terminaba en lo que se interpretaba como que Trump insultaba la inteligencia de nuestro próximo Secretario de Economía, ante lo cual hubo fuertes respuestas de Claudia Sheinbaum y el mismo Ebrard. Solo que en el habitual caos verbal de Trump, y algo de malicia en quien editó así el final de ese clip, pocos se dieron cuenta de que a quien estaba insultando Trump después, era a Joe Biden, lo cual hasta ayer era cosa de todos los días.
Si escuchaban lo que venía de inmediato en el eterno discurso, verían que ni Emanuel Macron, ni el vino francés se salvó. Pero la fuerte respuesta por parte del próximo gobierno de México no fue solo una simple confusión o ganas de pelear, fue el resultado de una edición que en el mejor de los casos fue inexacta y en el peor fue tramposa. Un clip que corrió como lumbre por redes sociales (a mi me llegó por varios lados así). Ante tanto discurso incendiario por todos lados, un mundo donde todas las noticias, incluido las más anodinas, se toman como urgentes, ésta es una buena lección para todos sobre la importancia de buscar el contexto de las cosas antes de darlas por hecho. Más cuando vienen de un desordenado, pero politicamente intuitivo cerebro como el de Trump. Para tratar de cerrar episodio, que fue comidilla para los memes y trending topics, bien por Ebrard al cambiar el tema en sus redes al “Día del perro” que se celebró ayer. No sé si funcionó, pero ese sí es tema para redes sociales.