Las y los candidatos incluyen a la tecnología como propuesta de campaña en materia de seguridad: más cámaras en la ciudad, sistemas de reconocimiento facial, plataformas integrales de información, uso de inteligencia artificial y hasta macroaplicaciones de inteligencia…
Dicho de forma clara y concisa, el uso de fierros, softwares y la “más alta tecnología”, no disminuye por sí misma la inseguridad y violencia.
Pueden instalarse miles de cámaras en la ciudad, pero si no hay un objetivo en su uso, análisis o interpretación en la información que capten (aún con “software inteligente”), serán una inversión de poco provecho y cara. Y ni qué decir de la posibilidad que acaben usadas por el crimen.
¿Reconocimiento facial? Queremos saber dónde se mueven los delincuentes y con la tecnología es posible, pero para que esa información sea útil, faltan muchos pasos más. No solo es que tenga cara de malo, hay que acreditarlo e integrarlo en una carpeta de investigación; o bien, si se capta un rostro en la escena de un homicidio, se requiere acceso a una base de datos para buscar coincidencias.
Hay quienes ya son gobierno, también en campaña, que prometen una “herramienta digital” para tener información sobre incremento de delitos y su evolución en las colonias. ¿No lo hacen ya? ¿No hay una lectura permanente a las carpetas que integran las fiscalías? Sin mencionar que en muchos casos, las herramientas digitales para procesar información ya están disponibles a muy bajos costos. Que no se sepan usar, no significa que no existan.
¿Software para armar una red de vínculos? ¿Y si primero preparamos y defendemos a la Policía de Investigación que debe estar presente hasta en el municipio?
Otros hablan de macro herramientas para integrar información de fiscalías, instituciones federales y locales, incluyendo datos biométricos. ¿Convencerán al Gobierno Federal y a gobiernos de otros partidos que compartan la información? ¿Es atribución de un gobierno local? Peor aún… ¿se acuerdan de Plataforma México?
Otra promesa: cámaras corporales para policías. ¿Cómo y en qué sentido medir su eficiencia? Una cosa es prometer un actuar policial apegado a Derechos Humanos utilizando distintas herramientas y otra solo prometer cámaras.
Una más: drones. ¿Para qué, dónde y cómo utilizar un dron en prevención y combate al delito? Si no está asociado a labores de investigación e inteligencia, se podrán tener los drones más caros y terminarán siendo materia de divertimento.
En aquel pasado horroroso del que no queremos saber, se utilizaban equipos de inspección no intrusiva en las carreteras federales. Con un estado de fuerza pequeño, policías eran capaces de detectar personas, drogas y armas, entre otros objetos en los vehículos, sin tener que inspeccionarlos uno por uno y manualmente. Ello evitaba, entre otras cosas, que un tráiler se accidentara y murieran más de 50 migrantes en su interior. Ninguna cámara ha metido a un delincuente a la cárcel por sí misma: son HERRAMIENTAS. ¿Qué sería bueno escuchar? Además de ponderar la formación del capital humano y elaborar diagnósticos puntuales, cuáles serían los candados (en ley) para que lo construido en materia de infraestructura y tecnología no sea echado a la basura por gobiernos subsecuentes. Ojalá la obsesión por presentar “estrategias de seguridad novedosas” no haga que los candidatos terminen hablando de la actualización de iOS 17.4.1 en nuestros celulares como la solución.