Desde el inicio de esta jornada electoral emergió el planteamiento por parte de la ciudadanía que la eficacia y la legitimidad de las elecciones se fundamenta en la calidad ciudadana, alejada de los partidos políticos dado que ninguno ha logrado conservar la confianza con la ciudadanía. De esta manera, la sociedad percibe que es el único camino para llegar a ser representada legítimamente desde cualquier orden de gobierno.
Es así como pueden recuperar la confianza en ellos y romper la brecha entre ciudadanos y sus representantes.
Lo anterior representa un nuevo nivel conceptual y práctico para poner en mano de la gente confiable el destino del país o el estado; sin duda alguna, en este gobierno que encabeza Julio Menchaca Salazar se ha recuperado terreno en los procesos de decisión colectiva, principalmente en el funcionamiento de la administración pública y su rediseño, robusteciéndose así con la participación permanente de sociedad que es indispensable para afrontar los retos comunes, desde una forma distinta de tener, renovar y generar confianza dentro de la ciudadanía y sus representantes.
Que se nutra con la participación e incidencia de participar codo a codo. En estas elecciones se pueden dar cambios considerables que marquen el camino del futuro en el estado y el país.
Vale recordar que la mayoría de los candidatos del color guinda representan ese tipo de perfiles que la gente desea hoy día y no aceptar los viejos perfiles políticos.
Algunos ejemplos de ello son candidatos como Andrés Velázquez, Liz Ordaz, Jorge Reyes, Eduardo Medécigo, Arturo Rivera, Armando Cuenca, Guillermo Sanjuanero y Mara Ledezma, quienes nunca han tenido una representación de elección popular, mucho menos han tenido que rendir cuentas ante la sociedad.
Hoy depende de nosotros, como ciudadanos, si permitimos que viejos grupos sigan controlando el estado, dejando de lado los nuevos perfiles o damos la oportunidad a estos jóvenes que representan la nueva generación política y que tienen la oportunidad de demostrar efectividad.
