Según los indicadores nacionales de 2022 sobre el robo de combustible, Hidalgo sigue en los primeros lugares en este tema ilícito, mismo que ha provocado varios tipos de riesgos, tanto social, económico, a la salud y ambientales.
Hace unos días se detectó en Tula, mediante un reporte vecinal, olor a combustible en el drenaje que disparó las alarmas, las instituciones encargadas de este tema, policías y bomberos acudieron a la calle Héroes de Chapultepec en el centro de la demarcación, sin que hubiera una respuesta clara para los habitantes, solamente la llamada del presidente de Tula, Manuel Hernández Badillo, a la población para que mantenga la calma, sin compartir información clara para tranquilidad de la ciudadanía, pidiendo que la población se aleje de la zona y evitar conductas de riesgo cerca del drenaje.
Además del drenaje, está el río Tula como una fuente de riesgo, a la altura de la comunidad Binola, en el municipio de Tezontepec de Aldama. El presidente municipal de dicha demarcación, no ha dado ninguna solución, se requiere informar y proteger a los dueños de terrenos y casas que están en alto riesgo ya que en cualquier momento se puede repetir la historia de la ciudad de México cuando estalló San Juan Ixhuatepec o el drenaje de Guadalajara.
El ayuntamiento de Tula en vez de resolver ese problema, está preocupado en hacer propaganda al presidente en todo el estado con espectaculares y una revista para posicionar su imagen rumbo a 2024, podemos presuponer que se ha gastado una cantidad que podría resolver el problema y proteger adecuadamente la propiedad y la gente que están en riesgo.
Esperamos una reflexión de parte de la autoridad estatal y municipal que resuelva este tema que es alto riesgo para toda la sociedad y no lo tomen a la ligera, simplemente con una visita de los integrantes de las instituciones responsables, sino que obliguen tanto al municipio como a Pemex a realizar una operación de limpia de estos derrames y evitar que esa gota llene el vaso y se ocasione una conflagración mayor, ya que la zona ha pagado un gran precio, como fue la tragedia de Tlahuelilpan en 2019.
