La migración, después de los fracasos de la globalización que llevó a acabar con el equilibrio entre los países pobres y los ricos, dejó desesperación, inconformidad y una esperanza de salir de la pobreza por medio de llegar a otros países.
Desde que llegó el gobierno federal en la actualidad, de 2018 a la fecha, ha considerado que la migración es un derecho humano y abriendo la ruta a Estados Unidos.
Hemos visto que el buen trato mexicano a los inmigrantes latinos posibilitó que sea la ruta de la esperanza cobijados por sus hermanos mexicanos.
Pese a todo esto, la inseguridad que ha empoderado al crimen organizado y los oportunistas que utilizaron este fenómeno como un gran negocio, los muertos de sangre latina, han llenado esta vía.
Lamentablemente, lo ocurrido en Ciudad Juárez, Chihuahua, en un centro del Instituto Nacional de Migración, es un descuido, tal vez un crimen, ejecutado por el deficiente trabajo de funcionarios que ha dejado al menos 40 muertos y decenas de heridos.
Hoy le dan la misma imagen de la guardería ABC en Sonora y la desaparición de los 43 jóvenes estudiantes en Ayotzinapa, que a la fecha sigue con las investigaciones están abiertas.
Este problema, el de los migrantes, es mucho mayor porque seres humanos fueron encerrados por funcionarios que son criminales, quienes llevaron a 40 personas a la muerte.
Esperamos que el gobierno federal, que ha criticado los crímenes de la guardería ABC y Ayotzinapa, investigue sin impunidades y castigue a quienes debe castigar, en otros países esto traería la renuncia de los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores, si no se hace justicia deberá llevarse a tribunales internacionales, porque es peor que un crimen de guerra.
El presidente López Obrador ya hizo un pronunciamiento desde Palacio Nacional y la FGR entregó a los primeros detenidos quienes ya fueron vinculados a proceso y seguirán cayendo los responsables del control migratorio en la frontera con Estados Unidos.
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