Muchas familias que sufrieron la perdida de alguna mujer en su familia o circulo social por causa de un feminicida viven exigiendo justicia, pero no siempre se atrapa al homicida o se le vincula a proceso y eso me hace preguntar ¿hasta cuándo deben esperar o qué hacer si el tiempo supera al sistema de justicia?
Lo anterior surge porque esta semana vimos cómo Miguel Cortés, el famoso Feminicida de Iztacalco falleció sin haber recibido una condena por los ocho casos que se le imputaban.
Recordemos que se le descubrió por entrar al departamento de su vecina de 17 años, María José y acuchillarla en la cama hasta que la mató. Pero fue atrapado en el acto por Cassandra, madre de María José, quien fue atacada también.
Lo que indigna es que antes de morir, se las arregló para conseguir el número de la hermana de María José y le dijo “‘Sé que se va a cumplir un año de lo de tu hermana y solamente quiero decirte que no me arrepiento de nada’”. Esto es una burla.
Es momento de que los procesos se realicen con mayor prontitud, no se puede permitir que las audiencias y juicios se posterguen.
En Puebla tenemos el caso de Cecilia Monzón, la asesinaron en 2022 y no hay condena para su feminicida, bueno ya hasta hicieron un documental titulado Justicia para Cecilia y este 2025 Helena Monzón, hermana de la víctima, aún sigue esperando que avance el caso.
Pero este no es el único caso, esta semana vimos cómo se volvió a cancelar la audiencia en el juicio oral de Paulina Camargo, quien desapareció en 2015, mientras estaba embarazada.
Rocío Limón, madre de Paulina Camargo se manifestó pues tras 10 años aún sigue esperando justicia. Las madres buscadoras se sumaron a su protesta.
Que las autoridades nos digan cómo borraremos de la historia el que Esmeralda Gallardo, madre buscadora fue asesinada mientras localizaba a su hija Betzabé Alvarado, desparecida en 2021.
En 2024 a nivel nacional hubo 813 carpetas de investigación por feminicidios según datos de Incidencia Delictiva del Fuero Común Nacional. Lo que nos indica que matar mujeres sigue presente, es algo que sigue siendo noticia, pero ojalá un día podamos escribir que el número de condenas es igual que el número de víctimas.
