Política

Lo que nos espera…

El catastrofismo fascina a los humanos: ¿no existen acaso sectas religiosas cimentadas en la estremecedora advertencia de que el mundo se va a acabar? En esas congregaciones ocurre, a cada rato, que el profeta de turno fija en el calendario la fecha precisa en que llegará el día del Juicio Final, con todo y ángeles caídos y acompañamiento de trompetas.

Pero, ¿qué pasa? Pues, miren, sonadas en el reloj las primeras horas del apocalipsis, resulta que aquí sigue todo igual, que los taxistas siguen buscando clientela en las calles, que en los changarros donde ponen pestañas postizas siguen esperando la llegada de las clientas y, entre otros sucesos menores de la anodina cotidianidad que sobrellevamos los humanos, que el horario de llegada al laburo (así le dicen en la Argentina al jale, o sea, al trabajo) necesita ser oficializado en una máquina, como cada día del Señor.

Más allá de nuestro oscuro encantamiento con el fin de todas las cosas y su paralela explotación en algunas religiones menores, en estos momentos podríamos avisar, para regocijo de los agoreros del desastre, que en el horizonte de la nación mexicana comienzan a dibujarse muy ominosas señales: para empezar, va a reinar Trump en los Estados Unidos. Y, en estos pagos, a la futura Presidenta de Estados Unidos Mexicanos se le va a poner muy, muy complicado el tema de la gobernabilidad, siendo que no recibe la mejor de las herencias y que los sectores más rabiosos de Morena están al acecho.

Comencemos con lo del vecino país: The Donald pretende emprender una deportación masiva de personas que se encuentran en situación irregular allá. Estamos hablando, en lo que toca a los ilegales de nacionalidad mexicana, de cientos de miles o de millones de seres humanos,

Imaginen ustedes lo que será esa colosal expulsión de compatriotas —recibirlos aquí y, sobre todo, encontrarles un lugar para que rehagan sus vidas— siendo, encima, que los dineros que aportaban a la economía nacional se habían vuelto un timbre de orgullo para el régimen, uno de los inmarcesibles logros de doña 4T.

Hay más, por cortesía del futuro inquilino de la Casa Blanca: barreras a la exportación de manufacturas y productos mexicanos, multas, castigos, restricciones…

A nuestra próxima Presidenta le tocará lidiar con aquel sujeto, desde luego, pero la cuestión doméstica le resultará también colosalmente complicada en el apartado de los presupuestos, del manejo de las finanzas públicas y de los subsidios otorgados alegremente a tantos y tantos grupos sociales.

Va a faltar dinero, el ingrediente para que todo funcione, digamos, como en Dinamarca. Y la futura mandataria deberá afrontar muchos frentes abiertos, así como calamidades que no se habían perfilado en el paisaje pero que están ahí. Realidades, qué caray, tan presentes como el hecho de que México es un país muy complicado de gobernar...


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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