Política

¿Estatuas de asesinos? No las queremos en nuestras calles

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La alcaldesa Rojo de la Vega acuñó una resplandeciente frase, “coleccionistas de dictadores”, refiriéndose a los izquierdosos populistas que, a cuenta de los contribuyentes que los mantienen en el cargo, pretenden decorar los parques y plazuelas de la capital de todos los mexicanos con estatuas de asesinos.

Les respondió así, justamente, a los trasnochados fanáticos del comunismo genocida (100 millones de muertos en todo el mundo: 65 millones en la nómina de Mao-Zedong, unos 30 a cargo de la dupla Lenin-Stalin y el resto por cortesía de sus imitadores en el resto del planeta, entre ellos, miren ustedes, el otro par, Che-Fidel, ya en ligas menores, pero responsable también de los correspondientes fusilamientos y asesinatos), a los sectarios colectivistas, prosigo, que medran en las filas del oficialismo morenista.

Simpatizan, esos flamantes salvadores del pueblo bueno, con los regímenes dictatoriales de nuestro subcontinente, Cuba en primerísimo lugar, luego Venezuela y al final su hermanastra Nicaragua, con adicionales dedicatorias a algunos tiranuelos fracasados como el tal Evo Morales, el matrimonio Kirchner, el Correa de la nación ecuatoriana y el otro del mismo pelaje, el sombrerudo del Perú, de nombre Pedro Castillo.

Estos últimos no pudieron, alabado sea el Señor, instaurar autocracias de corte irreversible como las de los tres primeros países mencionados pero exhibieron siempre modos autoritarios. Tal vez por eso, por una identificación natural, los adalides del régimen de doña 4T se han sentido mucho más hermanados con ellos que con los demócratas que han podido retomar las riendas del poder en la sufrida Latinoamérica.

Pero, qué caray, más allá de las querencias de nuestra clase gobernante mayoritaria, de sus oscuras inclinaciones y de sus exitosas intentonas, muchos mexicanos certificados no sólo no somos comunistas sino que no nos gusta nada que íconos de metal glorifiquen a desalmados asesinos en las calles de nuestra patria. Ah, y en lo que toca a que Rojo de la Vega está confiscando arbitrariamente el “patrimonio del pueblo”, pues resulta que la hermosa estatua de Cristóbal Colón, un inmenso personaje histórico, nos fue robada a todos por los morenistas, desfigurando el paisaje de siempre de una gran ciudad. Así que…


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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