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¿La cuarta oleada se volverá la cuarta cancelación de los Juegos?

Veíamos ya la luz al final de túnel, o eso creíamos, pero esta epidemia está resultando más peligrosa e inmanejable de lo que parecía.

Al comenzar la plaga se cancelaron pura y simplemente todas las actividades deportivas, o sea, no hubo partidos de futbol ni competencias de atletismo ni juegos de la NBA, por no hablar de que no se llevaron a cabo los mismísimos Juegos Olímpicos.

Esto, lo de que la gran cita del deporte mundial no tuviera lugar, no se veía desde que acontecieran las devastadoras Guerras Mundiales en el siglo pasado. Los Juegos de 1916 debían de celebrarse en Berlín, pero las hostilidades, como todos sabemos, habían comenzado desde 1914. La segunda anulación de las olimpiadas ocurrió en 1940. Ya no era una capital europea donde se llevarían a cabo sino Tokio, en el Lejano Oriente. El imperio del sol naciente, sin embargo, se había aliado con Hitler –vaya frecuentaciones las que habían elegido los japoneses (ah, y celebraron también un muy oportuno maridaje con Mussolini, otro inefable personaje, aunque de menor calibre en lo que toca a su disposición a exterminar a millones de seres humanos inocentes)– y, pues no, no había manera de que se realizara tan magno evento. En 1944 le tocaban a Londres e imaginen ustedes simplemente el maratón o el salto de pértiga bajo las bombas de la Luftwaffe. Cancelados también esos Juegos.

Y así llegamos hasta lo que puede ser una cuarta anulación, señoras y señores, justo en este año del Señor. Doña Seiko Hashimoto, presidenta del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 (eran los de 2020 e imaginen ustedes los costos que supone haber ya pospuesto una vez la celebración y observen también cómo han tenido que ser cambiados los carteles y los logotipos de la gran competición) acaba de avisar que ella y su gente van con todo. O sea, que hay Juegos porque hay Juegos. Sintió pasos en la azotea la mujer porque de otra manera no se hubiera sentido llevada a dar explicaciones. Y es que un peso pesado de la casta política de la nación nipona, don Toshihiro Nikai, el secretario general del Partido Demócrata japonés –hagan de cuenta Morena, pero allá— soltó que “si los Juegos provocan mayores contagios entonces no les veo ninguna utilidad” y también dijo que se “cancelarán sin duda alguna” si no queda otro remedio.

En Japón también hay “pueblo”, oigan, y resulta que el pueblo bueno y sabio de aquellas latitudes no quiere que se lleven a cabo las olimpiadas precisamente por temor a un recrudecimiento de la pandemia. El rechazo es masivo: ni más ni menos que el 70 por cien de los pobladores declara su oposición. No se realizan consultas populares en Yokohama ni en Osaka porque son gente de otras costumbres, pero el país afronta, en estos momentos, la amenaza de una cuarta oleada y la probabilidad de que se tenga que cancelar la competición por cuestiones meramente sanitarias –no porque haya sido consultado el pueblo soberano en tenderetes oportunamente instalados– es bastante real, más allá de la oposición de los pobladores del archipiélago.

Así que…

Román Revueltas Retes


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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