El Partido Acción Nacional en el estado de Coahuila podría verse favorecido con el voto ciudadano en las elecciones del 5 de junio de 2017, el factor principal tiene que ver con la mega deuda contraída en los últimos diez años, nunca suficientemente transparentada y mucho menos suficientemente explicada a la ciudadanía.
Recientemente la administración de Rubén Moreira ha sido cuestionada por el pago a supuestas empresas fantasma, lo cual está complicando el escenario político, situación que ha sido aprovechada mediáticamente por el PAN, en particular por el senador Luis Fernando Salazar y el diputado local Jesús de León Tello. Una situación compleja en la que podrían salir beneficiados los panistas.
En el escenario de los candidatos Luis Fernando Salazar sería el candidato bronco, confrontador, con un discurso incendiario que atrae a las masas. Isidro López, actor político con un perfil empresarial, ligado a la clase política saltillense sería un candidato ordenado, conciliador y eficiente. Guillermo Anaya se perfila como el candidato mejor posicionado, con una buena experiencia legislativa, amplia vinculación con funcionarios de primer nivel y ya más sereno en el campo de la lucha política por el poder.
En el PRI se siguen tejiendo acuerdos para llegar unidos al proceso de selección de su candidato. Hay dudas sobre dos precandidatos, la forma en que actuarán en caso de no ser beneficiados, pero se le apuesta a la estructura que tienen en el estado y a la lealtad que los miembros de ese partido han mantenido con quien detenta el poder real. Miguel Ángel Riquelme es el mejor posicionado en los medios masivos de comunicación y su imagen está presente en prácticamente todos los municipios de Coahuila. Todo indica que él será el candidato del PRI.
Una variable impredecible es el hartazgo social, el PRI ya no tiene la popularidad y el arrastre de otros momentos, un sector de coahuilenses pueden dar la sorpresa, saldrán a votar desilusionados por la forma en que se ha conducido el estado y su voto se inclinará hacia el PAN o por alguna candidatura independiente. El hartazgo social expresado como una forma de cobrar la factura en las urnas.
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