Negocios

Hacia el futuro del procesamiento de datos

Frente a un volumen y flujo de datos en constante crecimiento, los servicios de procesamiento de datos en la nube resultan fundamentales para la economía digital, brindando la tecnología necesaria para habilitar, conectar, transmitir, almacenar y procesar datos, usuarios, interacciones, soluciones y aplicaciones. Ya sea a través de infraestructura local o apostando por servicios en la nube, el procesamiento de información presenta un crecimiento indiscutible, se espera que el cómputo en la nube alcance un valor superior al billón de dólares para el 2028 (Cloud Computing Market - Global & Regional Industry Perspective – Facts & Factors, junio de 2022). Sin embargo, ¿hacia dónde se dirige este sector?

Descontando las características indispensables de alta confiabilidad, flexibilidad, seguridad y capacidad elástica como fundamentales en un servicio de nube, el reto en el crecimiento de esta industria radica en dos ejes: la ubicación y la latencia. El primero implica bloquear un espacio físico que las grandes urbes muchas veces no pueden ofrecer; mientras que en las geografías más vírgenes lidian con resolver el tiempo que toma a la información viajar entre dos ubicaciones, que evidentemente es menor cuando se encuentra más cerca de las manchas poblacionales. Aunado a esto, también involucran múltiples activos y actores en su implementación tecnológica: construcción de cero, cableado, integración a servicios, enfriamiento, mantenimiento, etc.

Ante estos desafíos, la apuesta de la industria es cada vez innovadora: un ejemplo de esto es Project Natick, una iniciativa que consiste en el despliegue de centros de datos dentro de contenedores submarinos, implementación que han realizado exitosamente en las Islas Orkney de Escocia, sumergiendo la estructura a 117 pies de profundidad. Este piloto con duración de dos años probó la factibilidad de operar toda una suite de servicios de nube de manera funcional incluso en ambientes poco convencionales, demostrando la durabilidad, sostenibilidad y versatilidad de los sistemas de TI, evolucionando incluso más allá del hardware.

Por ejemplo, mediante la utilización de 100 por ciento energía renovable, proveniente de granjas eléctricas solares y de viento localizadas en la misma costa en donde los contenedores fueron sumergidos, y mediante el aprovechamiento de los movimientos de las mareas y las olas para producir toda la energía necesaria para su correcto funcionamiento. Encontramos también que el ambiente interno operativo puede ser manipulado más eficientemente, manteniendo presión atmosférica constante, y reemplazando el aire regular por nitrógeno, lo cual redujo las fallas provocadas por oxidación de un 6 por ciento a un rango entre el 1.1 por ciento y el 0.4 por ciento. Y su diseño modular agiliza la implementación porque necesita menos de 90 días desde su fabricación hasta su puesta en operación, con una vida útil de operación sin mantenimiento por alrededor de 5 años.

Si bien este tipo de proyectos buscan reinventar y optimizar el diseño y la implementación de centros de procesamiento de datos en el futuro cercano, la realidad es que la industria tiene un campo aún muy amplio para la implementación tradicional de este tipo de iniciativas. En México, por ejemplo, Querétaro y, en general, la región del Bajío, se han convertido en una de las entidades más populares para integrar clústeres de infraestructura, al grado que durante el último año se han sumado más de 300 millones de dólares en inversión destinada a Centros de Datos en el país (Mexico's data center market – IDCA, junio del 2022.)

Este tipo de proyectos no solo generan inversión directa, sino que representan también una serie de costos alternos que benefician positivamente a las comunidades: se genera empleo (tanto en la etapa de construcción como en la administración a largo plazo) y se mejoran los servicios digitales tanto a nivel empresarial como para los usuarios finales. Esto también ha detonado una nueva demanda de profesionales, generando mayor interés en capacitaciones, especializaciones y certificaciones relacionadas con el rubro, detonando un crecimiento del 20 por ciento en las solicitudes de este tipo de puestos.

Definir las tendencias que marcarán los próximos años es sencillo:

Distribución, realizando instalación en diferentes partes del mundo para reducir la latencia.

Flexibilidad, en el sentido de crear soluciones que optimicen la infraestructura de TI para hacer un procesamiento más eficiente de las cargas de trabajo.

Innovación, apostando por nuevas tecnologías o formatos de integración que simplifiquen y democraticen el acceso a soluciones y servicios de conectividad digital.

Desde centros de datos instalados en diferentes ubicaciones del mundo, hasta la apuesta por contener servidores en el fondo del océano o implementar centros de datos virtuales, este tipo de proyectos constituyen la columna vertebral de la economía de datos. Por eso es importante construir un ecosistema que beneficie a todos, no solo a través del capital y el progreso social, sino también desde la perspectiva de desarrollar tecnología de manera responsable y accesible; porque, al final del día, esa debe ser una prioridad en el futuro del centro de datos: darle un valor humano a la tecnología.

Roberto de la Mora

Director de Tecnología de Microsoft México

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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