Ire mijo, cuando salga cúbrase bien los pieses, no le vaya a dar un mal aigre y se le descomponga el mecanismo con el que toma las decisiones más importantes.
Ándele, déjeme chiquearlo. A ver, a ver, quién lo quiere, quién lo cuida, quién no quiere que se vaya a lastimar sus piecitos. Ándele, no sea rejego. Use estos que le traje del extranjero. ¿Se acuerda cuando me fui de compras con todas mis hijitas? Sí, sí, el día ese que visitamos una tiendota bien carota y bien elegantota. Sí, esa, la que nos recomendó una de las hermanas de la princesa. Ándele, usted sí sabe. Pues ahí qué cree: pues me acordé de usted y me dije, ay, ni modo de no llevarle un detallito a mi maridito. Ustedes qué creen, le pregunté a mis hijitas que ya se me andaban desperdigando con unos nacos que querían tomarse selfies con ellas: qué le gustará a mi maridito. Ay ‘amá, pues lo tiene todo. Ya ves, a donde va, toda la bola de huelepedos le regala cosas y ahí nomás las arrumba en un cuarto. Sí, a poco no sabías. Ay bueno, es que como la casa es tan grande, todavía no la visito toda. Pues sí, ahí tiene un cuartote bien grandote en donde echa el montón de cosas que le regalan. Yo he visto relojes, corbatas, zapatos, muebles, peines, fijadores, bueno, tiene lo que te imaginas y hasta lo que no. Por eso te digo que es bien difícil regalarle algo. Para atinarle. Y en una de esas también lo deja arrumbado en el cuartote. Ay no, ahí sí lo ahorco. Una acá perdiendo un tiempo valioso que podríamos destinar a probarnos todos estos vestidos que están preciosos, para que no vaya a apreciar mi regalo. Por eso le digo mi amor, ándele, no me vaya a despreciar algo que le escogí con tanto cariño. Además están bien chics, de estos no cualquiera tiene y no va a faltar el nacayote que diga que los trae al revés. Ay no, claro que no importa. No, no, no, nadie lo va a considerar un tontito que ni los calcetines se sabe poner, cómo cree. Nadie duda de su inteligencia. Póngaselos, ándele, que ya me estoy molestando. Bueno, si tanto le preocupa luego sale y da una aclaración. Pues claro, en las cosas importantes, usted salga y dé la cara. No se ande preocupando por el qué dirán.
Ándele, póngaselos, su salud mental es lo importante.
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